Poco sabemos de la Historia de La Espada. Una aldehuela que queda en un promontorio, en cuyo lado norte se extiende el territorio de Comala, y en cuyo lado sur continúa la pedanía de Campotéjar Alta. La cercanía de la Sierra de la Espada podría dar explicación al topónimo de esta pedanía.
De la localidad de Campotéjar conocemos documentación de 1289, en la que figura como el ámbito fronterizo, en el que se encontraría el límite de Molina de Segura con el municipio vecino de Jumilla. Y aunque no se poseen datos detallados de este ámbito de la geografía molinense durante la Edad Moderna, sí sabemos que en 1520 formaba parte de unos bienes de mayorazgo, que aún perduraban en 1653. Posiblemente La Espada formaría parte de esos bienes de mayorazgo.
Sabemos que en 1860 La Espada se unió a Comala, formando una única entidad de población, aunque posteriormente, en 1900, volverían a separarse. Ambos lugares compartirían una misma forma de desarrollo, proliferando las casas cuevas entre los montículos de sus geografías, casas que aún hoy se pueden apreciar.
Los habitantes de estas casas, fundadores de estas aldeas, se dedicaban a los trabajos agrícolas, especialmente en los municipios vecinos de Archena, Ulea o Fortuna. La tríada de olivo, vid y cereal era la base de las economías del lugar, repartidas en grandes propiedades que, con el tiempo, se parcelaron y pudieron ser adquiridas por los propios trabajadores que, a mediados del XX, pudieron abandonar el estilo de vida rural, sin perder las pintorescas casas cueva de sus orígenes.
A comienzos del siglo XX quedó abierto el apeadero y la estación de Campotéjar Alta en la línea de ferrocarril Archena-Fortuna, estación que aún hoy se puede visitar, aunque muy reformada y que proporcionaría también a los vecinos de La Espada una opción más para su desarrollo. No obstante, tanto en Campotéjar Alta como en Comala se desarrollaría en los 60' del siglo XX las escuelas unitarias, teniendo los vecinos de La Espada opciones educativas en los dos pueblos.
Hoy día La Espada es un espacio residencial, con casas huertanas de vecinos que han escogido un lugar cercano a grandes vías de comunicación para vivir. No existe una población fija ya que, en algunos casos, las casas sólo se abren en época vacacional, pero sus pequeños huertos siguen haciendo del lugar un paraje eminentemente residencial y agrícola.
Los habitantes de La Espada participan activamente tanto de las fiestas del Fenazar, dedicadas a su patrona la Virgen de los Ángeles, como de las de Campotéjar Alta, dedicadas a María Auxiliadora.
Entre los actos más significativos y queridos entre los fenazarenses, destacan cada año la Novillada, la Misa huertana en honor de la patrona, el Gran Campeonato de caliche y la emotiva procesión con la Virgen de los Ángeles.
El último fin de semana de abril, la imagen de la Virgen de los Ángeles es trasladada en romería desde su templo hasta la ermita de Campotéjar Alta. Allí permanece hasta el primero de mayo, en que miles de personas en carrozas y a pie la acompañan de vuelta a su ermita en El Fenazar. La gran afluencia de público se debe a que las fiestas fenazarenses son muy populares en todo el municipio de Molina de Segura.
Además de la imagen de la Patrona, los romeros portan una pequeña Virgen de Fátima, advocación que suele visitar las casas de los vecinos al comenzar el año, permaneciendo algunos días, tras lo cual se recogen donativos y limosnas
Las costumbres culinarias en La Espada no difieren mucho de las del resto de pedanías de su entorno. Dado su emplazamiento entre sierras y alejado de los puntos de abastecimiento de agua los cultivos eran los propios de secano, es decir, el olivo, el almendro y el cereal. Así mismo, las familias disponían de algunos animales que, junto con la caza menor, les proporcionaban otro elemento importante de su dieta, la proteína. Y dado que el olivo ha sido uno de los cultivos principales de La Espada el aceite de oliva cobra un protagonismo indudable como elemento básico de esta cocina.
Entre los numerosos platos que se pueden degustar en las mesas de La Espada se encuentran los sabrosos guisos de carne de cordero y cerdo que se complementan con algunos de caza menor, propiciados por la cercanía a las sierras de Molina, de conejo, liebre o de aves.
Pero, en La Espada, como en el resto de las localidades del Campo de Molina, hay una característica que cabe la pena resaltar y es la utilización generosa de las hierbas aromáticas en su cocina, plantas como el tomillo y el romero, muy abundantes en estos terrenos, son empleadas en guisos, asados o arroces.
Código Postal: 30627
Origen: Siglo XVIII
Altura media: 200 m
Habitantes: 174
Superficie: n/d
En la pedanía de La Espada la actividad económica que se desarrolla fundamentalmente es la agrícola. Como en otros parajes del Campo de Molina de Segura las tierras de secano que rodeaban La Espada se han ido transformando poco a poco en terrenos de regadío. Han sido la dotación de las aguas del trasvase Tajo-Segura y los planes de modernización de los regadíos los que han posibilitado esta evolución que naturalmente ha sido positiva desde el punto de vista del desarrollo de la zona.
Los cultivos principales son los de frutales de hueso como la nectarina, el albaricoque o las ciruelas, también hay algo de acolchado. No obstante, todavía hay parcelas de secano donde se cultiva casi exclusivamente el olivo. La producción agrícola de La Espada va destinada a la exportación, al consumo en fresco y también a la conserva.
En cuanto a la actividad empresarial es escasa en la zona. Se ha abierto un hueco en uno de los sectores empresariales emergentes en la localidad como es el turismo rural. En el paraje de La Espada se ubica una casa rural llamada Mi Campo.
En La Espada no hay actividad industrial, y, en cuanto a pequeñas empresas, tan solo un taller de reparación.
Al núcleo de población de La Espada se llega a través de una carretera comarcal que discurre entre pequeñas parcelas de limoneros, melocotoneros y oliveras. La localidad se encuentra entre las localidades de Fenazar, Comala y Campotéjar, y muy próxima a la Sierra de La Espada.
Dos tipos de paisaje se funden en La Espada, por un lado los campos de labor cultivados de forma intensiva y por otro los terrenos agrestes de la zona de secano, unos cultivados con olivos y almendros y otros sin cultivar, en los que se desarrolla la vegetación espontánea típica del Campo de Molina en el que nos encontramos. Así, junto con los frutales ya mencionados y otros como los granados podemos ver las opuntias o paleras que se desarrollan en los terrenos más abruptos y donde apenas les llega el agua, o los matorrales propios de los suelos nitrificados conformados con especies como la morsana, el catarrufín, el cardo santo, las corregüelas o el manrrubio así como diversas gramíneas como la triguera.
Y, desde luego, no podemos olvidarnos de las plantas aromáticas, del romero, el tomillo y tampoco del esparto que durante mucho tiempo proporcionó a las gentes del campo una parte de su sustento económico.