Jarales
Historia y Patrimonio
La Historia de Jarales, Diputación de Lorca, comienza en la Prehistoria, con un megalito en Casa Grande. Los megalitos son sepulturas de piedra, con una cámara sepulcral en el centro. También existen evidencias del Calcolítico con una mano de molino y dos percutores en El Castellón.
De épocas posteriores no se tiene constancia en esta zona hasta el período romano. A partir del siglo I a. C. aparecen las primeras villas romanas en las zonas con recursos como ésta, próxima al Río Vélez. A lo largo de los siglos II y I a.C. la comarca lorquina alcanzó gran auge, al estar situada en las inmediaciones de la Vía Augusta que bordeaba este río, paso natural hacia Almería. Será a partir del siglo II d.C. cuando el poblamiento rural alcanza un gran auge. El poblamiento tardorromano fue eminentemente rural con dos tipos de enclaves: las villas romanas y los poblados en altura, a los que se corresponderían yacimientos encontrados aquí, como los de El Castellón con funciones defensivas.
En el siglo VIII, con el Tratado de Teodomiro, esta zona pasa a formar parte de la cora de Tudmir. Los pobladores islámicos, que fueron llegando a la zona, se agruparon en alquerías, reutilizando las anteriores y creando otras nuevas dedicadas al cultivo de las tierras. Crearon infraestructuras para el aprovechamiento y distribución de las aguas que, en el caso de Jarales, parece confirmado con la existencia de una galería y balsa, que conducía y almacenaba el agua extraída desde una fuente cercana. Estas alquerías estaban defendidas por castillos como los de Felí, Puentes y Tirieza que continuaron defendiendo estas poblaciones tras la conquista cristiana en el siglo XIII. Este área quedó poco a poco despoblada, los continuos enfrentamientos entre musulmanes y cristianos hicieron de la zona un territorio peligroso. Los sucesivos intentos de repoblación por parte de los castellanos no tuvieron éxito, quedando la zona prácticamente despoblada.
La ocupación de estas tierras fue haciéndose lentamente a través de militares, y más tarde la nobleza y el clero durante los siglos XVI y XVII. Esta repoblación no se hizo efectiva hasta el siglo XVIII debido a epidemias, crisis económicas y sequías. Es entonces cuando aparece Jarales poblada con cortijos con fuentes, arboledas, hortalizas y viñas como El Zarzalico, la Alquería de Navarro, Ortillo o el Pradico, que más tarde fueron desgajándose, dando nombre algunas de ellas a nuevas pedanías lorquinas. Este tipo de asentamiento en caseríos dispersos es el que ha sobrevivido hasta hoy. La existencia del molino hidráulico de la Virgen del Pilar evidencia la dedicación de estas gentes a la agricultura.
Datos Generales
Código Postal: 30811
Origen: Siglo XVIII
Altura media: nd
Habitantes: 49
Superficie: 54.6 Km2
Gastronomía
Su gastronomía está influenciada por el noroeste murciano con platos elaborados con carne de caza, como el guiso de conejo con gurullos. De la tradicional celebración de la matanza del cerdo, que reúne a familiares y vecinos, se elaboran exquisitos embutidos como morcones, salchichas, longanizas, tocinos, jamones, morcillas, etc. que se degustan tras los primeros platos o de acompañamiento en comidas y cenas. De la matanza del cerdo también surgen guisos contundentes como la olla fresca o las tradicionales migas de pan o harina con longaniza roja y blanca y tocino. Aperitivos como los crespillos o la torta de pimentón con sardinas tampoco faltan en las mesas de Jarales.
Entre los postres destacan los elaborados con almendra, dada la abundancia de este fruto en la zona y con la que se elaboran dulces típicos navideños como los alfajores, cordiales o mantecados.
Naturaleza
El rasgo más marcado en los parajes de Jarales son los llanos surcados por pequeños cerros cultivados en su mayoría con almendros y olivos. En las zonas bajas abunda el matorral cuajado de lavanda, tomillo, romero o esparto y entre los árboles predomina el pino carrasco. En cuanto a la fauna de la zona es habitual ver liebres, conejos o perdices.
Fiestas
Las fiestas de Jarales se celebran el tercer día de Pascua, en la Ermita de la Finca de Los Morotes, en honor de la patrona, la Virgen de los Dolores. A las puertas de la ermita, los habitantes, niños y mayores, se unen en actividades en su honor. La Santa Misa y la procesión son animados con cantos tradicionales de cuadrillas, malagueñas y parrandas se acompañan de bailes típicos.