En San Javier se publicaron dos periódicos, Mar Menor (1927-1928) y El Fleje (1931). El ámbito de influencia de ambos no se circunscribió a esta localidad, sino que se difundieron por toda la comarca, con la esperanza de conseguir nuevos lectores que permitiera alargar la vida de las publicaciones.

    El 9 de octubre de 1927 vio la luz el primer número de Mar Menor, órgano de la Unión Patriótica en la localidad. El periódico estaba dirigido por Teodoro Zapata Bueno y afirmaba ser "el primer periódico publicado en esta región" (en realidad se refería a la comarca). Era un semanario que salía a la venta todos los domingos y se imprimía en la Imprenta Matz, situada en la calle del Príncipe. En un principio se compuso de cuatro páginas, aunque en algunas ocasiones aumentó su número para incluir anuncios publicitarios. La primera plana la dedicó a contenidos intemporales. En las páginas interiores incluyó noticias cortas, ecos de sociedad, contenidos literarios o correos de lectores. Disponía de contactos que ejercían la labor de corresponsales en los pueblos de la comarca, y en las vecinas localidades de Sucina y Pilar de la Horadada.

    El semanario trató de evitar las cuestiones polémicas, aunque tuvo problemas con la justicia, a raíz de un artículo llamado "Semblanza macabra", publicado por un colaborador el 15 de enero de 1928, que propició que el Gobierno Civil de Murcia remitiera una carta al Ayuntamiento de San Javier en la que instaba a ejercer una "rigurosa censura, no consitiendo en lo sucesivo se publiquen semblanzas que puedan envolver menosprecio para las personas". Poco después de solventar esta cuestión, el semanario admitió que tenía problemas económicos, lo que derivó en su desaparición tras el número publicado el 26 de febrero.

Reaparición

    Sin embargo, la desaparición fue temporal. El 5 de agosto, Mar Menor volvió a salir a la venta "después de un descanso obligado para los que tenemos exceso de trabajo y ante la insistente petición de muchos amigos y suscriptores". El semanario anunció en su reaparición, que en lo sucesivo publicaría artículos de colaboradores residentes en París, Buenos Aires, Madrid y Barcelona. Se mantuvo el mismo formato que en la etapa anterior. Los principales cambios fueron la disminución del espacio dedicado a los contenidos informativos, y la publicación de noticias deportivas.

    A finales de agosto afirmó que se convertiría en un periódico ilustrado bisemanal que se editaría en papel couché, intercalándo en el texto informativo, fotografías de la más reciente actualidad. Se anunció que el primer número se publicaría el 15 de septiembre. Sin embargo, esta reforma no se llevó a cabo. En septiembre apareció el que sería último número de Mar Menor, de tamaño minúsculo y gratuito. En sus páginas los miembros de la redacción justificaban la no publicación del semanario gráfico: "no esperábamos ciertas informalidades en el envío del material necesario para editar nuestro periódico como prometimos en nuestro último número". Mar Menor editó 25 números. Es, por tanto, el periódico más longevo de la comarca.

El Fleje

    El 8 de agosto de 1931 apareció el primer número de El Fleje, un semanario que se denominaba "órgano de obreros y labradores". En su primer número decía que su propósito era “la unión de todos los trabajadores, obreros y labradores”. Cumplió su cometido, pues publicó artículos en los que pedía mejorar las condiciones laborales de jornaleros, panaderos, salineros de San Pedro del Pinatar, etc. Nunca reconoció su filiación al socialismo, aunque sí mostró en varias ocasiones su simpatía por este partido político. El semanario estuvo dirigido por José María Hernansáez, quien unos meses antes había sido director del periódico La Cosecha de Cartagena. Con el paso del tiempo, y ante la ausencia de prensa en los pueblos cercanos, El Fleje se convirtió en una publicación, en la que, además de noticias relacionadas con la agricultura, también tenían cabida las incidencias políticas que acontecían en los pueblos de la comarca.

    Las dificultades para editar el semanario (que en varias ocasiones apareció con retraso) y su escaso número de suscriptores, propiciaron su desaparición en el mes de octubre. En los ocho números que se conservan reflejó reiteradamente en sus páginas la situación de pobreza en la que se encontraba sumida la Comarca del Mar Menor.