Museo Arqueológico Jerónimo Molina

El conjunto de Coimbra, integrado por un poblado, un santuario y tres necrópolis (del Barranco, de la Senda y del Poblado), es conocido desde tiempos del Canónigo Lozano (finales s. XVIII, principios del XIX), quien fue el primero en dar noticias de éste, identificándolo con el topónimo de Coimbra, con el que es conocido este lugar popularmente.

La cronología de este establecimiento ibérico abarca desde fines del s. V a. C. hasta principios del s. II a.C., momento que coincide con la conquista romana y la consiguiente destrucción del asentamiento.

Entre los materiales aparecen cerámicas ibéricas pintadas, terracotas, cerámicas áticas de barniz negro, imitaciones del taller de las pequeñas estampillas y campaniense de finales del siglo III, fíbulas de la Tene I y anulares hispánicas, barniz rojo ibérico, morillos, armas, con la panoplia ibérica completa (falcata, soliferreum, regatores lanzas y manillas de escudo). Si bien el poblado ibérico de Coimbra del Barranco Ancho fue destruido y abandonado tras la conquista romana, en una fecha que podríamos situar en torno al 190 a.C., el lugar será ocupado esporádicamente, estando documentada la presencia de materiales romanos cercanos al cambio de Era, tal vez en conexión con un pequeño puesto de vigilancia.

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