El Museo del Vino tiene su sede en la notable casa donde vivió su fundador,  Juan Carcelén Herrero, apasionado viticultor  y  gran bodeguero. Abierto al público en 1970,  el Museo constantemente aumenta su propia colección extendiendo el área expositiva,  que actualmente se articula en ocho diferentes espacios. Además cuenta con una Biblioteca sobre Enología, Viticultura e Historia del Vino con más de 500 volúmenes.

Recoge la historia de la vinificación de Jumilla, con sus instrumentos y materiales utilizados en la vendimia y en la elaboración del vino. El Museo dispone de una magnífica Biblioteca sobre viticultura, enología e historia del vino, así como un Aula de Cata.

Destacan la colección de prensas de madera y piedra para uvas, de diferentes modelos muy primitivos, bombas de vino, antiguas medidas de volumen, ánforas romanas, aparatos de laboratorio enológico, filtros, alambiques de destilación y unos grandes toneles para el almacenamiento de vino, muy antiguos y especiales por su construcción. etc.

Completa el conjunto una gran variedad de piezas aisladas que representan el mundo del vino y toda su cultura existente en Jumilla desde hace casi 2.000 años.

Los objetos se ordenan siguiendo una cronología de uso. El eje principal es una típica cocina de las casas de labor jumillanas  – muchas con bodega -  con sus cobres,  cerámicas,  platos de porcelana murciana,  almireces  y una gran mesa de roble de antiguo diseño.

La temática del la vid  y el vino está documentada por una variada serie de colecciones de manufacturas técnicas  y etnográficas. Instrumentos para todos los trabajos de viticultura,  de la vendimia  y el transporte de la uva. Grandes prensas  y distintos artilugios de prensar separan los espacios temáticos.

Diferentes envases,  odres,  antiguas damajuanas,  ánforas vinarias romanas,  griegas  y precolombinas. Dos grandes  y raros toneles,  junto a un muestrario completo de herramientas de tonelería. La gran colección de antiguas medidas,  botellas,  jarras,  frascas  y  copas de cristal soplado para el servicio del vino en la mesa.

Cerámica ornamentada,  grifería de bronce,  venenciadores muy variados,  raras pipetas de cristal  y metálicas,  catavinos,  encorchadoras  y  diverso material relacionado con el embotellado. Singulares alambiques,  alquitaras,  bombas de trasiego  y  filtros.

Objetos de laboratorio enológico  y gran variedad de piezas curiosas  completan junto a una talla del dios Baco,  un conjunto que representa todo el mundo del vino  y su cultura,  la cual nos ha sido legada en Jumilla desde hace casi 1000 años.