Como ocurre con otras poblaciones de la Huerta de Murcia, el Rincón de Beniscornia debe su nombre a las variaciones de un topónimo configurado durante la Edad Media en la antigua alquería de los Banu Askurna.
La pequeña población situada en el recodo del curso del río Segura sería una tierra de labor, dedicada al cultivo de la morera y la efervescente industria de la seda durante el siglo XVII.
Pero su devenir histórico siempre estaría condicionado por su dependencia de poblaciones limítrofes más amplias como La Ñora o Guadalupe, y no sería hasta el siglo XX cuando lograra conformarse como pedanía independiente dentro del amplio entramado administrativo municipal.
Orígenes y Edad Media
Siempre es interesante bucear en las fuentes que nos permiten establecer, si no el origen de una población, sí el origen de su topónimo, las continuas derivaciones de voces latinas y voces árabes que, como en el Rincón de Beniscornia, establecen su principios como denominadores de una geografía identificable y reconocida.
Se trata de un topónimo compuesto con claras reminiscencias musulmanas, por el prefijo Beni, que como muchos saben deriva de una voz árabe que viene a significar "hijo de". Para entender la primera parte del topónimo "Rincón" podemos remitirnos a la teoría del historiador Pocklington, que la hace derivar de las palabras latinas Ipsu Cornu, que coincidirían con la geografía del lugar, un meandro, un recodo dentro del curso fluvial del Segura.
De la teoría del origen latino de parte del topónimo pasaríamos a las fuentes árabes que nos describen la realidad medieval de parte de la geografía murciana. Diversos geógrafos como Al Udri o Al Himyari describirían lugares, fortines, torres e incluso medirían las distancias de las aldeas y alquerías de la vetusta Tudmir en algunos de sus tratados y catálogos.
Al Hymyari, que escribe en el siglo XV, nos señala un lugar fértil donde crecen todo tipo de árboles y frutos con poco esfuerzo, y ese lugar queda definido con el nombre de Askuni, (quizá Askurna quizá Iscornia), es difícil de saber puesto que siglos antes, Al Udri en el siglo XI describe un lugar idílico "Quien desea convertir aquel lugar en un jardín no tiene más que roturar el terreno escogido por él[...]", utilizando las mismas palabras que siglos después utilizaría Al Hymyari, pero referido a un lugar cercano a la nahiya de Lorca.
Pese a estas complicadas descripciones, dificiles de verificar, sí tenemos una alquería de Banu Askurna, mencionada en la obra de Abd al Malik al Marrakusi (1237-1303) Kitab Al dayl-wa-l-Takmila, alquería en la que habría fallecido en el 521 de la Hégira (1136-1137) Ibn Burtullu, personaje al que se suele señalar como señor de la medieval Beniscornia.
Pese a todas estas aclaraciones podemos aseverar que ninguno de los topónimos antiguos y posibles gérmenes del actual, aparecen en el libro de Repartimiento del siglo XIII (ver documento) de las tierras de Murcia.
Edad Moderna y Contemporánea
Volvemos a saber de Beniscornia en el siglo XVII, cuando uno de los grandes propietarios de Murcia, Francisco de Rocamora, arrienda tierras de moreras, dedicadas seguramente al fructífero mercado de la seda, a Baltasar de Beliz.
El resto de noticias históricas del Rincón de Beniscornia están relacionadas con diversas anécdotas, como la llegada al pueblo de una imagen de San Roque, tras una epidemia de cólera morbo en 1885, desde la parroquia de Guadalupe. La imagen recorrió en procesión toda la pedanía guadalupana, donde se registraron casi 80 víctimas mortales. Hasta 1884 no tendría la población un pequeño templo que, en 1889, quedaría bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios.
Rincón de Beniscornia tuvo dependencia tanto administrativa como jurisidiccional de Guadalupe, población vecina y limítrofe. También perteneció eclesiásticamente a Guadalupe y La Ñora. A la primera, durante tres siglos, y a la segunda, entre marzo de 1908 –cuando se produjo la cesión entre los párrocos de una y otra pedanía– y 1961, en que Rincón de Beniscornia tuvo parroquia propia.
Avanzado el siglo XX, la población comenzó a contar con escuelas o ciertos servicios e infraestructuras, detalles que dejan entrever una historia de pequeña aldea.
En los años ochenta del XX su población apenas llegaría a los 800 habitantes, momento en el que, en 1981, se independizaría de Guadalupe para crear su propio territorio pedáneo, territorio que sigue manteniendo cierto espíritu de cruce de caminos entre poblaciones algo más densas en lo demográfico como La Arboleja o Rincón de Seca.