Valla de cañizos [Rincón de Seca]
Valla de cañizos
Centro cívico [Rincón de Seca]
Centro cívico

Para entender el origen del curioso topónimo de esta localidad debemos atender no tanto a una realidad hídrica seca sino a las derivaciones y cambios de las primitivas voces árabes. Si tenemos en cuenta que fue población árabe la que consta, de manera documental, habitando distintas alquerías de los alrededores de Murcia, comprenderemos estos detalles de los estudios históricos y filológicos.

Origen Medieval

En alguno de los documentos existentes sobre el reparto de tierras tras la reconquista del territorio por parte de Alfonso X, encontramos el termino Açeca, concretamente en un repartimiento con fecha de 1309, repartimiento que el rey manda hacer a su notario en Andalucía Johan García, podemos leer en referencia a las tierras de la heredad de La Alquibla: "[...]a Simon Çacarías la alquería que dicen Açeca [...]".

Si esta Açeca, que puede entenderse como alquería "del camino",  formaba parte del actual territorio de Rincón de Seca es algo que sólo puede quedar en el ámbito de la especulación histórica, algo que ocurre con multitud de topónimos o detalles documentales de esta época medieval.

Topónimo

Para los habitantes existe otro topónimo diferenciador, Palacios de Rincón de Seca, lugar que quedaría en el entorno de la iglesia parroquia de San Joaquín y Santa Ana, lugar en el que se sitúan algunas viejas casas de los que fueron grandes propietarios del lugar. Lo que desconocemos es en qué momento y porqué razón aparece este nuevo nombre.

Edad Contemporánea

En todo caso solo tenemos noticias del lugar documentalmente en el siglo XVIII, en un catálogo de 1713 es reconocida como aldea de Realengo con alcalde pedáneo y, más tarde, tras la riada de Santa Teresa en 1879, el pueblo quedaría anegado por las aguas y el fango. Pero pese a estas dificultades medioambientales en 1887 contaba con 905 vecinos según estadísticas.

La actual iglesia parroquial es una fundación de 1953, aunque se cree que se construyó sobre el terreno que ocupaba una vieja ermita. Durante estos años la población disfrutaría de colegio público, construido en 1931, y una actividad comercial basada en la agricultura, la molienda de grano y pimentón en el viejo molino de Rosquillas y una fábrica de conservas de la familia Molina que, hasta su cierre, supondría un gran aporte para el desarrollo económico del lugar.