La gamba es el crustáceo decápodo más consumido en la Península Ibérica, propio de aperitivos con solera y grandes celebraciones como las cenas de Nochebuena o Nochevieja, incluso protagonista en las bodas.

    En España se consumen principalmente dos especies de gambas: la gamba blanca o Parapenaeus longirostris y la gamba roja o Aristeus antennatus, de excelente calidad en el Mediterráneo.

    La primera posee unas dimensiones de 5-15 cm y un peso que oscila entre los 7-25 gramos. Su cuerpo muestra un abdomen desarrollado, con caparazón flexible y delicado, dos series de 5 patas dispuestas a ambos lados y palmeadas. La cabeza presenta un rostro convexo, fino y alargado, en la parte alta dispone de antenas que actúan como buscador de alimento, ya que no dispone de nariz para oler sus capturas. Las vísceras quedan dispuestas en su cabeza y la parte alta del lomo.

    Sus tonalidades son el rosa pálido y violeta en la región gástrica (debido a su color oscuro y la traslucidez del caparazón).

    Al igual que otros mariscos o pescados, la gamba nace macho pero puede transformarse en hembra a los 2-4 años de vida.

    La gamba roja o rosa desarrolla mayores dimensiones, llegando hasta los 18-22 cm. Su estructura corporal es similar a la gamba blanca con alguna salvedad: sus tres primeros pares de patas poseen pinzas, la cabeza puede llegar a representar la mitad de su cuerpo y sus antenas ostentan un mayor tamaño.

    Bajo el agua da sensación de ser un crustáceo transparente, pero ya en la superficie adquiere tonalidades rojizas con el caparazón prácticamente azulado, que le dan a esta especie su aspecto característico. La gamba roja del Mar Mediterráneo representa uno de los producto del mar de mayor calidad.

    Variedades

    Las dos variedades principales de gamba son la gamba blanca y la gamba roja pero, en relación a la primera, en el sur y levante español se denominan de forma diferente dependiendo de la zona donde se capturen, poseyendo cada una de ellas sabores y texturas diferenciados. Así se pueden encontrar entre otras:

    Gamba blanca de Huelva. Su color es rosado intenso y posee entrañas más consistentes.

    Gamba de Motril. De cabeza oscura y tamaño mediano o pequeño.

    Gamba de Santa Pola. Con un tamaño superior a la de Motril y de sabor similar.

    Gamba del Mar Menor. De reducido tamaño pero aportando en su sabor las particularidades extraordinarias de temperatura del agua y salinidad de la laguna salada.

    Hábitat, alimentación y reproducción

    Las gambas habitan en los fondos arenosos entre los 100 y 400 metros de profundidad en aguas del Atlántico sur, Mar Mediterráneo e Islas Canarias, aunque en este último caso tan sólo la gamba blanca.

    Suelen desplazarse dependiendo de la temperatura del agua en invierno y verano, así en los meses invernales se mueven en aguas más frías, mientras que durante los meses estivales prefieren zonas menos profundas, templadas o cálidas. Son animales de hábitos nocturnos, pasando el día enterrados en la arena y realizando sus actividades (alimentándose) desde el atardecer hasta el amanecer.

   La gamba pequeña (1 cm) consume principalmente plantas y animales que flotan en el agua (es en ese medio donde habita sus primeros meses de vida). Al desarrollarse y convertirse en individuos adultos descienden a los fondos arenosos, alimentándose a base de, prácticamente, todo lo que llega a sus bocas. Así comerá otros animales más pequeños, gambas de menor tamaño (se trata de una especie caníbal), conchas, gusanos, peces y cangrejos muertos.

    Las gambas pueden reproducirse tres veces al año, en primavera, verano y a mediados de invierno, aunque la época más propicia se da entre los meses de agosto y septiembre. La cantidad de huevos que pondrá está en relación a la edad y el tamaño de las hembras, así un ejemplar mayor y de buen tamaño llegará hasta los 25.000 huevos (la gamba blanca los transporta en la parte inferior de la cola, mientras que la gamba roja lo hace en su cabeza).

    Propiedades nutritivas

    Las gambas son un alimento rico en proteínas, vitaminas y minerales, así como bajo en grasas. Los niveles proteínicos que se pueden encontrar en su organismo alcanzan los 21 gramos de cada 100 de porción comestible, su valor energético es muy bajo, apenas del 2 al 5% de grasa, proporcionando entre 65 y 105 calorías (dependiendo de la variedad) cada 100 gramos.

    Los grupos de vitaminas que aportan las gambas son principalmente B y E, mientras que entre los minerales destacan el fósforo, calcio y hierro.