Dentro del término municipal de Lorca nos encontramos pequeños pueblos que no solo mantienen antiguas fiestas sino tradiciones arraigadas en los quehaceres diarios.

En concreto, la pila de lavar de la pedanía de Avilés, ha resistido al paso del tiempo y a la climatología.

En todos los pueblos de nuestra comunidad existieron estas pilas o lavaderos que consistían en pequeñas balsas que oscilaban entre 30 cm de profundidad hasta cerca de un metro en otros casos. Tanto la anchura como la longitud de las mismas variaban según la funcionalidad o las necesidades del momento.

Que el lugar de ubicación de esta pila estuviera alejado de las casas del núcleo urbano, ha hecho posible realizar una pila de grandes dimensiones como es esta.

Características

La longitud de la pila estaría en los 11 metros mientras que la anchura apenas alcanzaría los 4, con una planta, claro está, rectangular.

La estructura que la cobija de las inclemencias meteorológicas es de factura moderna y se trata de un conjunto cerrado de cuatro paredes de ladrillo que junto con un tejado a dos aguas de uralita, hacen que sea más llevadero el trabajo.

Como en todas las construcciones de carácter popular, la funcionalidad está por encima de cualquier gusto estético o arquitectónico.

No solo en Avilés ha quedado alguna pila de esta clase, pero si es curioso y representativo como aún con los avances técnicos y las comodidades se siguan manteniendo tradiciones como la que estamos contando y hoy en día, tal y como muestran las fotografías, la gente vaya a lavar a esta edificio.

Cronológicamente, como es lógico, es imposible saber la ubicación temporal exacta de este inmueble, pero por las información de la tradición oral por la gente del lugar creemos poder situarla a finales del siglo XVIII y XIX, aunque por supuesto la actual pila de grandes dimensiones y cubierta como está en la actualidad deriva de las rehabilitaciones acaecidas a finales y mediados del siglo XX.

Está claro que la importancia de este inmueble, más que por las características técnicas, se halla en el simbolismo que guarda como punto de reunión. Como es conocido, alrededor de las fuentes, -que por cierto en este lavadero está al lado-, o de los lavaderos, se juntaban las mujeres y los hombres del pueblo, convirtiéndose en uno de los lugares donde se establecían distintas relaciones sociales y personales entre los miembros de la comunidad.