Las características neoclásicas de principios de siglo están presentes en esta vetusta construcción.
Se trata de de una finca de recreo rodeada de jardines o huertos, que tiene elementos comunes a las grandes casas rurales que se diseminan por la huerta de Murcia, donde habían caballerizas, almazara y depósitos para almacenar aceitunas o aceite.
En alguno de los detalles y decoraciones que contiene su fachada constituyen un recordatorio la función de hotel decimonónico con el que fue construido. Su ubicación dentro de la arquitectura civil viene dado por el carácter monumental de estilo afrancesado que tiene el edificio, más parecido a un palacete de principios del siglo XX que a un cortijo.
Por sus peculiaridades constructivas, el entorno natural que la circunda y la historia que atesora, esta construcción despierta un gran interés, de ahí que no sea extraña su inclusión dentro de las rutas turísticas.
Titularidad: Pública.Grado de protección: 1-BIC.
Periodo : Siglo XIX