El castillo de Aledo aún circunda y caracteriza la villa del mismo nombre, conservándose gracias a recientes y sistemáticas restauraciones en un relativamente buen estado de conservación en algunas zonas. Así el núcleo fortificado se sitúa en una zona intermedia de los macizos montañosos de Sierra Espuña, en sus estribaciones meridionales, y la sierra de La Tercia. Aledo está enclavado en un espigón rocoso que domina extensos campos, y que se convierte en un hito clave en el control de las vías de comunicación que conectan el litoral del sureste peninsular con la meseta central. El punto elegido para colocar semejante atalaya fue la cumbre amesetada de un cerro con forma alargada y escarpadas laderas. Esta elevación está delimitada por los barrancos de Borrazán a poniente, La Fontanilla a levante, y la rambla de los Molinos (a mediodía).

A Aledo se llega a través del desvío hacia Totana-Aledo existente en la autovía que conecta Murcia con Lorca. Tras pasar Totana, y por una serpenteante carretera comarcal (MU- 5020) entraremos en el casco urbano de la villa.

Una rica historia

La fortaleza de Aledo se sitúa en un impresionante espigón rocoso desde donde se controlan las vías de comunicación que enlazan la Meseta Central con la cuenca del Segura. Enclavado en un inexpugnable lugar, bien abastecido de agua a través de un sistema integrado en la fortificación, tiene sus orígenes en la Alta Edad Media. Fue en esta época cuando los musulmanes andalusíes dieron forma a la espectacular fortificación, dotándola de murallas que circundaban a la población y una sólida alcazaba. Pero el nombre de Aledo sonaría en todo el mundo conocido cuando, en 1086, el noble castellano García Giménez, al mando de sus tropas, tomaba la villa y, haciéndose fuerte en ella, hostigó audazmente amplios territorios que se extendieron a villas y campos granadinos, jienenses y alicantinos durante seis años, poniendo en jaque a los invasores almorávides.

Con la incorporación del reino de Murcia a la corona de Castilla, el lugar pasó a convertirse en cabeza de encomienda de la Orden de Santiago. Y fue entonces cuando se construyó la gran Torre del Homenaje que caracteriza a Aledo. Todo el conjunto monumental está declarado Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.