Las ruinas de esta fortaleza se encuentran situadas en la diputación lorquina de Fontanares, a unos 25 km al noroeste de Lorca y a unos 10 km al noreste de Vélez Rubio.

El castillo estuvo enclavado en una de las estribaciones meridionales de la sierra del Gigante, en un puntal rocoso que se yergue 911 m sobre el nivel del mar. Este cabezo, sin ser el más alto de los alrededores, se alza en una situación estratégica desde la que se controla muy buena parte de la vega del río Cornejos.

Existe, desde las atalayas de la antigua fortaleza, un perfecto ensamblaje visual con los castillos de Puentes, hacia el este, con Velez Blanco y Vélez Rubio por el oeste, y hacia el sur con el castillo de Xiquena.

A la fortaleza de Tirieza se puede llegar desde Lorca, por la carretera autonómica local que conduce a Vélez Rubio a través de La Parroquia, Xiquena y Tirieza. A unos 30 km de la ciudad parten hacia la derecha dos pistas de tierra que arrancan con dirección norte que nos llevarán hasta un cortijo situado a los pies del cerro donde se encuentra el castillo. Aquí la subida será necesariamente a pie, en un ascenso difícil y escarpado de unos 400 m.

Se trata de una fortificación de origen islámico que daría protección y cobertura administrativa a una alquería nacida gracias a la existencia de fuentes y manantiales de agua que favorecieron la aparición de actividades agropecuarias. Con la incorporación del reino de Murcia a la Corona de Castilla, la fortaleza quedó en una banda fronteriza que pasó de manos cristianas a musulmanas en algunas ocasiones.

Los avances territoriales castellanos de la primera mitad del XV convirtieron a la fortaleza de Xiquena en la vanguardia fronteriza, en detrimento de Tirieza, que fue arrasada por una cabalgada nazarí y quizá intencionadamente abandonada en los planes defensivos de Castilla frente a Granada.

El castillo de Tirieza se encuentra catalogado como Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.