Con la llegada del Barroco se modifica la fisonomía de Murcia produciéndose una remodelación tanto de la concepción general urbanística como de la forma concreta de construir los edificios, es decir, se cambió el ambiente medieval y árabe de la ciudad por otro de neto sello barroco. Iglesias como ésta, la de Carmen, la de San Nicolás, la de San Juan Bautista, de San Antolín, de Santa Eulalia, y conventos como el de Santo Domingo, el de Verónicas o San Agustín, la ermita de San Antón, el nuevo matadero de Jaime Bort, el último cuerpo de la torre de la Catedral, por citar algunas de las obras que produjeron el cambio antes mencionado, se incluyen dentro de un estilo que se conoce popularmente como "Barroco Murciano" y que encontramos repetido en otras ciudades y pedanías de la Región, como Lorca, Cehegín, Caravaca y Bullas.

 En este último lugar se construyó su iglesia siguiendo las pautas marcadas por la iglesia de San Miguel Arcángel, ya que esta tipología de iglesia de una sola nave con capillas laterales comunicadas entre sí, crucero y cabecera recta, inscrito todo en un rectángulo, aparece por primera vez en la iglesia de San Miguel de Murcia. Novedosa tipología que fue prácticamente seguida en la totalidad de los templos levantados en la primera mitad del siglo XVIII, merced al impulso que a los centros parroquiales dieron los obispos Belluga y Mateo.

Esta iglesia responde al prototipo más usado en la arquitectura religiosa barroca, el de una sola nave con capillas laterales entre los contrafuertes y que se comunican entre sí mediante pasos, que dan la sensación de una iglesia de tres naves, y con un crucero sobre el que se levanta una cúpula sobre pechinas. Este modelo responde al modelo romano que marcará las pautas de la construcción de este tipo de edificios, la Iglesia del Gesú.

En un principio este modelo predominante en el siglo XVIII consistía en una sola nave con capillas laterales intercomunicadas mediante un pequeño vano, que apenas afectaba al carácter espacial de aquellas. Esos pequeños vanos se hicieron cada vez mayores, haciendo cambiar la fisionomía interior del edificio al producirse este agrandamiento, aunque la estructura del templo no llegó a variar sustancialmente.

Titularidad: Obispado Diócesis de Cartagena

Grado de protección: Es BIC desde el Decreto n.º 83/2009, de 30 de abril, del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, por el que se declara bien de interés cultural, con categoría de monumento.

Estilo: Barroco

Periodo:ss.XVII-XVIII