La fortificación se encuentra situada en un elevado cerro de la sierra del Salitre (denominada de Los Peñascales en época medieval) y está enclavado inmediatamente al este de la población de Ricote, a 150 metros de altura sobre el pueblo. Por lo tanto, ejerce una total dominación sobre todo el valle de Ricote y controla el río Segura a su paso por la zona.

    El acceso se efectúa desde el polideportivo de Ricote, al que se llega tomando un camino que parte a la derecha desde la carretera que une esta población con Ojós, poco antes de llegar a aquella villa. A partir de allí, una senda permite un dificultoso acceso a pie hasta la fortificación por la ladera suroeste del monte.

    El castillo de Los Peñascales, en Ricote, son las ruinas de un complejo fortificado de considerables dimensiones, situado en una posición estratégica que domina una rica vega. Se trató, mientras la fortificación estuvo activa, de un relevante enclave defensivo del cual, desgraciadamente, hoy se conservan unas maltrechas ruinas que, a pesar de ello, dan aún buena cuenta de su monumentalidad.

    La fortificación fue estudiada detenidamente por el arqueólogo Manzano Martínez, quien ya apuntó que las primeras noticias sobre la construcción se remontan a época musulmana, aunque sus importantes estructuras y señalado emplazamiento continuarían siendo utilizadas tras la incorporación del reino de Murcia a la Corona de Castilla, cuando esta fortaleza quedó incluida en la encomienda de Ricote, dependiente de los territorios señoriales de la orden militar de Santiago.

    Estos restos monumentales se encuentran declarados Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.