Villa romana del Alamillo en Mazarrón
Villa romana del Alamillo en Mazarrón
Lingotes de plomo de Mazarrón
Lingotes de plomo de Mazarrón
Región de Murcia Digital

  Tras la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C), Roma se encuentra en pleno proceso de expansión de su Imperio e inicia la sistemática explotación de los nuevos territorios. Es el caso de Mazarrón, donde aprovecharon los recursos mineros de los que disponían, beneficiándose del fácil acceso al mar. Cartagena se convirtió muy pronto en uno de los principales puertos del Mediterráneo Occidental, como centro distribuidor de materias primas y foco de atracción de emigrantes que, llegados desde la Península Itálica, se asentaron en las tierras del Sudeste peninsular, contribuyendo a la rápida e intensa romanización de esta comarca. Los principales yacimientos en esta época (siglos II y I a.C.) se localizan junto a los cotos mineros (coto de San Cristóbal y Los Perules, Coto Fortuna y Las Pedreras); se trata de asentamientos relacionados con el proceso de extracción y transformación del mineral (Loma de Herrerías, Ceniceros, La Ciñuela, El Florida).

  Aunque fue la minería la actividad económica más importante en Mazarrón durante estos siglos, no fue la única. Las investigaciones arqueológicas han constatado la explotación de la sal (en la laguna interior de la Bahía de Mazarrón) y salazones (Villa del Alamillo), si bien otras industrias como la alfarera, el esparto y la pesca también desempeñaron un papel de primer orden en época republicana e imperial.

  Se conocen varias villas en el término municipal de Mazarrón (Finca del Breve, Villa del Caraleño, Finca de Doña Petronila, Villa de la Finca de Percheles). Destaca la villa del Alamillo, donde las excavaciones sacaron a la luz restos constructivos asociados a unas termas, una gran balsa, restos de un acueducto y varias piletas recubiertas con opus signinum, destinadas a la fabricación del garum. Esta salsa, fabricada con las tripas del pescado, fue uno de los condimentos más apreciados por la gastronomía romana; dependiendo de su origen, tipo del pescado y proceso de elaboración, podía alcanzar precios astronómicos.

  En época tardorromana la actividad minera prácticamente ha desaparecido; el Puerto de Mazarrón es una pequeña localidad dedicada a la pesca y a la elaboración de los salazones. El poblamiento se organiza en torno a este producto; hay un gran complejo industrial, la Factoría de Salazones, que se extiende a lo largo de varias manzanas del actual Puerto de Mazarrón. Estuvo formada por numerosos tanques de salazón, pozos de extracción de agua, pequeñas piletas y dependencias para oficinas y almacenaje de productos. Esta factoría se situaba junto al puerto, a donde llegaba la materia prima para su fabricación y de donde salía el producto manufacturado. Junto a la factoría se encontraba el grupo de casas de la calle Era, probablemente, de sus dueños o administradores. A lo largo de la bahía se extenderían más casas, probablemente de carácter estacional. Por último, las necrópolis, localizadas junto a la calle Era y en el cerro de la Molineta.