La definición más simple de roca, es la de un conjunto de minerales y/o fragmentos de otras rocas relacionados entre sí genética, espacial y/o temporalmente, que forman parte de la litosfera terrestre. A. Castro (1989) las define como el resultado final de la evolución de sistemas físico-químicos, más o menos complejos, desarrollados como consecuencia directa de la actividad geológica exógena o endógena.

Ambas definiciones son complementarias y habría que matizar que las rocas metamórficas e ígneas son sistemas físico-químicos, ya que están definidos por unas composiciones químicas, unas condiciones de presión (litostática, dirigida, de fluidos,...) y temperatura, que cambian en el espacio y en el tiempo. Pero en el caso de las rocas sedimentarias debemos, además, tener en cuenta la actividad biológica, ya que muchas rocas de este tipo son producto de ella.

Por otra parte, se deben descartar todos aquellos productos resultantes de la actividad antrópica sobre los materiales naturales terrestres como terreras, cerámicas, hormigones; vidrios, etc.

La mayoría de las rocas están compuestas por varios minerales, aunque algunas están formadas por un solo mineral (monominerálicas), como la caliza, la cuarcita, el yeso o la sal. Algunas pueden estar compuestas por materia amorfa, como las lavas volcánicas. La mayor parte de las rocas son sólidas y más o menos duras, sin embargo algunas se encuentran en estado líquido (petróleo) o gaseoso (gas natural).

El estudio de las rocas es muy importante porque a partir de ellas podemos conocer cuáles han sido los procesos que las han formado y que posteriormente las han afectado. Se pueden considerar las rocas como archivos históricos en donde ha quedado registrado la historia de la Tierra y de la vida. Además, las rocas son un recurso geológico primordial para la actividad humana.

Antonio del Ramo
Francisco Guillén