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MUNICIPIOS

Ricabacica

Historia y Patrimonio

Molino de Chirrín  Ricabacica es uno de los parajes más pintorescos de Abanilla. Su caserío nos remonta a una época no muy lejana en el tiempo. Almazaras y molinos forman parte de una riqueza compartida con otros caseríos del entorno abanillero. Y es en uno de sus molinos donde podemos leer la toponimia del lugar, de mediados del XX: Partido del Salado y Ricabacica.

  Podemos incluir, obviamente, a Ricabacica en los pormenores del devenir histórico de Abanilla. En la Edad Media comenzaría una íntima relación con el vecino municipio de Orihuela, con el que llegó a unirse hasta que, tras la reconquista cristiana del siglo XIII, inició una nueva andadura, primero como señorío de Guillén de Rocafull en 1281 y luego pasando a manos de la Orden de Calatrava, ya en el siglo XV. Cerca de Ricabacica se extiende el Llano de Sahués, topónimo que figura en los documentos que relatan el enfrentamiento en el siglo XIV entre las Coronas castellana y aragonesa por el control de Orihuela. Por estos parajes pasarían las tropas del Rey Juan IV.

  Es importante señalar la influencia que tendría en el desarrollo de Abanilla su relación con Orihuela, ya que era en los mercados de la ciudad alicantina donde se vendían los productos manufacturados por los abanilleros. Los documentos hablan de tejidos y confecciones y de productos alimenticios, como el pan de dátil. Pudiendo observar cerca de Ricabacica un pintoresco palmeral nos atrevemos a pensar que, hace siglos, de aquí saldrían muchos de los dátiles que se vendían en Orihuela.

Abanilla sufrió varias crisis durante la Edad Moderna, éstas mermaron su capacidad de crecimiento, por un lado las decisiones arbitrarias y feudales de la Orden de Calatrava y, por otro lado, ciertos episodios históricos, como la expulsión de los moriscos ordenada por Felipe II en 1613, hecho este último que supuso una gran crisis en su desarrollo, ya que el agro y las actividades a él asociadas se vieron perjudicadas.

  Ya en época contemporánea sabemos que una de las inundaciones que asoló este caserío destruyó el molino harinero, el Molino del Arco, cuyos restos se encuentran a la altura de la entrada del caserío, esto ocurrió en 1931. Tiempo después, muy cerca de estas ruinas se construyó otro molino, el Molino de Chirrín, por el que aún baja un potente caudal de agua si ha habido algunas lluvias.

Fiestas

Ermita de MahoyaRicabacica disfruta de las fiestas locales de Abanilla, especialmente de los actos que en Mahoya tienen lugar en homenaje a la Vera Cruz de Abanilla. Estas fiestas también se acompañan de los desfiles de Moros y Cristianos, muy populares ya tanto dentro como fuera del municipio.

Se celebran en el mes de mayo y, además de la tradicional ofrenda floral a la Santísima y Vera Cruz, es muy concurrida la romería a la Ermita de Mahoya con numerosos participantes que acompañan a la Santa Reliquia y disparan trabucos y arcabuces.

Tras el baño de la reliquia y rodaje de banderas, los romeros pasan un día de campo por los huertos de la vega y degustan numerosas viandas regadas con los vinos de la localidad, entre los que destacan los de La Boquera y Balonga.

Gastronomía

Rollos de NaranjaLa tradición culinaria de Ricabacica refleja las costumbres gastronómicas del municipio de Abanilla en la que, entre otros ingredientes, el aceite de oliva elaborado en la propia localidad es uno de los elementos fundamentales de su cocina. Legumbres, verduras, hortalizas, carnes, embutidos, frutas y frutos secos se combinan y complementan para dar como resultado unos platos variados y apetitosos.

Como ejemplo podemos hablar de los arroces preparados con pollo, magra o conejo, los de verduras, las tortillas de cebolla o de habas, las legumbres guisadas, los estofados, las renombradas gachasmigas, los gazpachos o los mismos asados de cordero.

La repostería también ha sido cultivada en Ricabacica. Desde las más tradicionales recetas, como el pan de higo o las almojábanas, hasta otras más extendidas en la Región como los buñuelos, los rollos de naranja y los mantecados.

Datos Generales

Escudo de Abanilla

Código Postal: 30648

Origen: Siglo XIX

Altura media: 190 m.

Habitantes: 19

Superficie: 2 Km2

Centro de Salud

Domicilio: C/ Antonio Machado Nº 26 - 30640 , Abanilla

Teléfono centralita: 968681250

Teléfono de cita previa: 968681250

Teléfono de urgencias: 061

Urgencias: Punto de Atención Continuada (PAC) en el propio Centro de Salud

Economía

Viejo Molino del ArcoLa actividad económica de Ricabacica fue, durante mucho tiempo, fundamentalmente la agrícola. Tierras de secano en las que uno de los cultivos principales fue el olivo. Precisamente en Ricabacica queda una de las afamadas almazaras de la comarca, almazara en la que se extraía el precioso y saludable zumo de la aceituna.

En otros tiempos existían cultivos de cereal, trigo, cebada y algo de avena. Ricabacica era uno de los lugares donde había molino en el que moler estos cereales. El molino antiguo, Molino del Arco, destruido por una riada, era uno de los encargados de procesar el cereal para convertirlo en harina.

Hoy en día la mejora de las comunicaciones, y la cercanía a la ciudad de Abanilla y a su polígono industrial ha supuesto una diversificación de la economía de la zona.

Naturaleza

Sierra de AbanillaEn el paisaje de Ricabacica podemos contemplar al igual que en otros puntos del municipio de Abanilla los emblemáticos palmerales y, junto a éstos, tierras que en otro tiempo fueron cultivadas y que en la actualidad han sido abandonadas. Sobre ellas, la erosión ha hecho su trabajo. Los suelos empobrecidos carecen de vegetación que los proteja de la acción de las aguas de escorrentía y el terreno se remodela con la formación de cárcavas y barrancos. Estos cambios afectan tanto a las laderas como a las zonas bajas hasta las que, arrastrados por el agua, llegan nuevos materiales que modifican la estructura del suelo.

La rambla de Balonga cruza por las tierras de Ricabacica en las que desemboca el Chícamo. Entre la vegetación de la zona encontramos, además de las palmeras ya mencionadas, olivos, almendros, higueras, tarais, paleras de higos chumbos y diversos tipos de matorral.

Los cielos de Ricabacica están sobrevolados por aves rapaces entre las que podemos observar a las águilas y a los azores y otras más comunes como las abubillas y los carboneros. Otro tipo de fauna menos atractiva quizás pero igualmente valiosa la componen los pequeños reptiles, las lagartijas son las más comunes y algunos anfibios en las charcas.