Coronación de la Virgen. 75 Aniversario [Molina de segura_Fiestas patronales]
Coronación de la Virgen. 75 Aniversario
 Ofrenda Floral [Molina de Segura_Fiestas Patronales]
Ofrenda Floral

Orígenes de los festejos en honor a la Virgen de la Consolación

Los festejos que se celebran en Molina de Segura en honor a la Virgen de la Consolación hunden sus raíces en el siglo XVIII.

En este siglo los vecinos de la localidad inician la tradición de trasladar la imagen de la Virgen desde su ermita, a la vera del Segura, hasta la Iglesia de la Asunción, situada en el casco urbano molinense.

La festividad oficial debió establecerse a finales del siglo XIX, ya que antes no llegaría a ser más que una romería campestre.

Desde sus orígenes, la romería ha experimentado diversas modificaciones, aunque algunas tradiciones se han mantenido inalterables a través de los siglos, siendo la devoción de los molinenses hacia su patrona el mayor acicate para la perpetuación de estos antiguos ritos.

Una de estas tradiciones es la que dicta que la imagen de la Virgen de la Consolación debe llegar a la Iglesia de la Asunción el sábado anterior al primer lunes del mes de septiembre, y regresar a su ermita el tercer lunes del mismo.

Otra de las costumbres que permanece plenamente asentada en las Fiestas Patronales de Molina de Segura es la de la romería, que supone el punto de arranque de los festejos.

El Patronazgo de la Virgen de la Consolación

Al finalizar los avatares de la Reconquista en la península, los molinenses construyeron una ermita en la ribera del Río Segura, con el fin de que fuese el lugar que guardase la imagen de la Virgen y donde todos sus devotos pudiesen ir a rezarle.

La primitiva imagen de la Virgen de la Consolación se perdió durante la Guerra Civil, pero su origen y aspecto continúan despertando curiosidad entre los molinenses.

Se trataba de una imagen medieval, probablemente del siglo XIV o XV, realizada en madera de cedro, de gran belleza y caracteres definidos. Tras su desaparición como consecuencia de la contienda civil, fue reemplazada por la actual, obra del escultor local Bernabé Gil Riquelme.

Las rogativas a la Virgen de la Consolación

Fuera de su festividad, la Virgen de la Consolación solo ha abandonado su ermita con motivo de una rogativa. Es entonces cuando recorre las calles del pueblo en andas hasta la Iglesia de la Asunción, donde se le ofrecen misas, rezos, novenarios y letanías, siendo normalmente el motivo de ello la petición de lluvias ante el azoramiento de la sequía.

Que se tenga conocimiento, la primera rogativa dedicada a la Virgen de la Consolación tuvo lugar en la primera mitad del siglo XVII y con ella el pueblo molinense pedía agua y lluvias, dedicándole nueves días continuos de misas cantadas y letanías.

La coronación de la Virgen de la Consolación

La devoción de los molinenses hacia la Virgen de la Consolación tuvo uno de sus mayores hitos en 1929, año de su coronación.

Los fastos de la coronación tuvieron una larga andadura preparatoria. Ya el 11 de marzo de 1917 el periódico local ¿Eco de Molina¿ recogía un acuerdo municipal por el que solicitaba del obispado la consagración canónica de San Vicente y de la Virgen de la Consolación, y que ésta fuera nombrada patrona de la villa. La tardía respuesta llegaría en 1923.

Las fiestas de la coronación trascurrieron entre los días 25 y 28 de aquel Octubre de 1929, o sea, de lunes a viernes como era tradicional.

En la tarde del lunes 28, la imagen fue trasladada en solemne procesión a hombros a su santuario, siendo escoltada por el vecindario en masa, el clero, el Ayuntamiento y autoridades, cerrando el cortejo la Banda de Música Municipal y entonándose durante el trayecto y en el santuario el Himno a la Coronación.

Cincuenta años después, en 1979, Molina hizo un modesto recordatorio en sus Fiestas Patronales, acto que se volvería a repetir con ocasión del 75 Aniversario de la Coronación.

La tradicional romería de las Fiestas Patronales de Molina de Segura

Siguiendo esa antigua tradición que comenzó allá por el siglo XVIII, el sábado anterior al primer lunes de septiembre, los molinenses acompañan a la Virgen de la Consolación en su traslado procesional desde su ermita hasta la Iglesia de la Asunción.

Cuarenta costaleros ataviados con sus trajes tradicionales portan a hombros la imagen recorriendo las calles de la ciudad, cuyos balcones aparecen adornados con telares en los que aparece plasmada la imagen de la patrona. De esta forma la ciudad se viste de gala antes de que se inaugure oficialmente el alumbrado especial para la fiesta.

Esta cita se ha convertido en una de las más destacadas del calendario festivo, ya que es el punto de arranque de las Fiestas Patronales de Molina de Segura.

Variado calendario festivo

Los días que trascurren entre el traslado de la Virgen de la Consolación a la Iglesia de la Asunción y su posterior regreso a su emeritorio, conforman las Fiestas Patronales de Molina de Segura.

Durante estas fiestas se realiza gran número de actividades como concurso de coros y danzas, exposiciones de pintura y trabajos, verbenas, conciertos, torneos deportivos y una gran cabalgata.

Destaca en los últimos años el concierto ¿Virgen de la Consolación¿ que reúne en la Plaza de la Iglesia de la Asunción a un público entusiasta, ávido de disfrutar de buena música en directo.

Destaca, igualmente, la Ofrenda Floral, a la que los molinenses acuden ataviados con el traje regional y portando ramos de flores en un desfile que parte de la Plaza del Ayuntamiento y llega hasta la Iglesia de la Asunción, donde se saca la imagen de la Virgen para que reciba a todos los visitantes que acuden ese día.

Del aspecto religioso al lúdico

El aspecto eminentemente religioso que se encuentra en el origen de esta festividad de la Virgen de la Consolación, ha ido evolucionando con el cambio de mentalidad de la sociedad hacia un carácter más lúdico, hasta ir conformando lo que actualmente son las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de la Consolación.

Se trata de las fiestas por antonomasia de Molina de Segura, unas fiestas plenas de color y alegría, en las que se entremezclan y dan la mano tradición y modernidad, devoción y festividad, conformando un calendario repleto de actos culturales, deportivos, lúdicos y religiosos.