La familia [Pedro Pardo]
La familia

    Los primeros trabajos de Pedro Pardo, en barro cocido y cerámica, son estudios de la figura humana caracterizados por su expresión polarizada; sus yos y sus egos, tal vez, sus búsquedas psicológicas o sus miedos, quizás. Formas livianas pulidas y conformadas con la apariencia de envoltorios sin contenidos. Frágiles seres sustentados por la mínima resistencia de sus estructuras, aunque desafiantes a las leyes físicas más básicas, que trasladaba a las composiciones de parejas o grupos, igualmente leves, volátiles.

    La utilización de otros materiales más categóricos, como la madera, el hormigón y el aluminio, más dúctil y maleable este último, así como efectista, llevaron finalmente al escultor a realizar su obra más característica.

    Fue entonces cuando pudo conferir a sus proyecciones artísticas mayor versatilidad para tensionar volúmenes y espacios vacios, crear atmósferas contrastadas por las luces de las pátinas del metal y sus sombras degradadas; cuando estiró y agilizó los cuerpos para alcanzar las esencias pretendidas.

    Volúmenes con apéndices aplastados hasta conseguir formas aladas, horadadas hasta la extenuación del concepto, cortadas longitudinalmente para permitir el aire, para volar. Y con objetos finales reconvertidos tanto en pequeñas esculturas seriadas como otras de gran tamaño para ser plantadas en espacios públicos; también otras que fueron adheridas a fachadas urbanas.