En torno a los siglos II-III después de Cristo las autoridades y ciudadanos de Begastri reconstruyeron un templo que, por alguna razón desconocida para nosotros, había sido destruido o al menos se encontraba muy deteriorado. Para celebrar este acontecimiento, de gran relevancia para los ciudadanos del municipio, se dedicó un altar con inscripción conmemorativa. 

  Se trata de un ara o altar de culto clásico romano, dedicado a Júpiter Óptimo Maximo, "rey de los dioses, todopoderoso". El culto que se le rendía era sobre todo político, personificando la idea del Estado. Como era habitual en esa época es muy probable que se consagrara en el entorno del templo más importante de la ciudad, que habría de situarse en el propio foro. También es lógico pensar que, tal y como acontece en otras importantes ciudades hispano-romanas, el templo no estuvo dedicado sólo al dios Júpiter, sino a la tríada Capitolina, ampliamente implantada en Hispania. La restitución del templo habría corrido a cargo de la ciudad-municipio de los de Begastri, constando este dato en la inscripción que se ha grabado sobre el cuerpo del altar: Iovi Optimo/ Maximo R(es) P(ublica)/ Begastresi/um restituit  (A Júpiter Óptimo Máximo. La res publica de los Begastrenses la restituyó).

  El hallazgo allá por el año 1878 de esta pieza de mármol rojo (de 62 x 60 x 45 cm.) fue fundamental para la definitiva identificación del municipio romano de Begastri. Fue interpretada y publicada por primera vez por el arqueólogo Aureliano Fernández Guerra. En la actualidad es una de las piezas más significativas en la sala dedicada a Roma en el Museo Arqueológico de Murcia.