A pocos kilómetros de la ciudad de Calasparra, encontramos un grupo de casas agrícolas, que constituyen un paraje conocido como Baños de Gilico, donde, desde antaño, se encuentran los baños de aguas frías conocidos con el mismo nombre.

También fueron  conocidos como Baños de San José o de la marranica, este último nombre se debe a que una leyenda local atribuye su descubrimiento a la curación de una cerda enferma, que se bañó en las aguas que manaban aquí.

No conocemos el origen de estas instalaciones, pero pueden remontarse a época romana, como lo denota el hallazgo de diversas estructuras, muy cercanas, de construcciones pertenecientes a este momento.

El auge de estos baños estuvo asociado a la existencia de una cañada para el paso de ganado, los ganaderos cuando llegaban a la zona, se detenían en los baños, y hacían uso de ellos.

Sabemos también que se componían de estancias separadas  para hombres, mujeres, y criados.

Otros Datos

En la década de los cincuenta, del siglo pasado, entraron en decadencia y cerraron sus puertas, transformándose con el paso del tiempo en lo que encontramos en la actualidad, una explotación agrícola y ganadera, empleándose el agua, desde entonces, para riego y uso del ganado.

Estructuralmente, se compone de una mina de unos cuatro o cinco metros de largo que desemboca en un pozo de más de un metro de profundidad y revestido de mampostería, de ahí se conduce el agua por una acequia enterrada, que ocasionalmente queda expuesta a la intemperie.

Esta acequia llega a dos balsas, elevándose con una bomba a una tercera balsa impermeabilizada, situada en un cerro próximo y  empleada para riego.

Hoy estas estructuras no pueden contemplarse pues quedan incluidas en la granja agrícola.