Siglo XIX: la lucha por la independencia y por el poder político

   El siglo XIX se inicia en Jumilla, al igual que en el resto de España, con la invasión francesa y la posterior Guerra de la Independencia. Jumilla entrará de lleno en la contienda y creará su propia Junta de Defensa. Ésta fue tachada de afrancesada por el clero, que pronto tomó las riendas. Las tropas jumillanas se radicalizaron y obligaron a los franceses a retirarse, no sin antes saquear la comarca a su paso. Una vez instaurada la monarquía de Fernando VII, no se tranquilizó la vida política en el municipio. Los seguidores del infante don Carlos de Borbón, los carlistas, eran una constante fuente de preocupación para el Ayuntamiento de la época por sus numerosas revueltas.

   La última mitad del siglo XIX y el primer tercio del XX divide a Jumilla políticamente, pero la une en un fuerte desarrollo económico. Uno de los condicionantes del progreso fue la producción de vino. En Francia una plaga había inutilizado gran parte de sus viñedos, por lo que la producción española calmó la sed de muchos europeos. Las diferencias políticas y el progreso en la economía motivaron la creación de numerosos semanarios locales. En estas publicaciones hicieron sus primeros artículos figuras de la literatura jumillana como Pedro Jiménez López, Albano Martínez Molina o Sebastián Cutillas y Cutillas. El auge de la literatura y el mundo de la cultura se vio reflejado en la creación de edificios como el Teatro Vico.

   Siglo XX: el vino, motor de la economía

   El progreso no pudo hacer frente a las preocupaciones de los habitantes de Jumilla. A principios del siglo XX la población tomó el Ayuntamiento en protesta por los excesos en el cobro de impuestos. A raíz de estas protestas, el 17 de julio de 1911, el Rey Alfonso XIII nombró a Jumilla ciudad y a su Ayuntamiento le concedió el título de Excelentísimo. Se publicó en 'La Gaceta de Madrid', firmada por el ministro de la Gobernación, el 19 de julio. La Guerra Civil española supuso para la ciudad y el municipio años oscuros. Pero tras la victoria franquista se inició un nuevo auge económico, debido a la explotación del esparto, la industria del vino y la gran producción de cereal.

   Hoy día, la economía del municipio de Jumilla sigue teniendo como principal exponente el cultivo y la selección de sus vinos. A mediados del siglo se tomó la decisión de invertir en el estudio del vino para crear mejores caldos. Este trabajo fue reconocido al obtener Jumilla, en la década de los 60' el Consejo de Regulación de la Denominación de Origen Jumilla y al dar un salto cualitativo en los 90'. Empresas como J. García Carrión o, más recientemente, Casa de la Ermita están haciendo que el vino jumillano esté acreditado en muchas partes del mundo y adquiera una importancia no conocida hasta ahora.