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El autor

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Detalle Stmo. Cristo Amarrado a la Columna
Detalle Stmo. Cristo Amarrado a la Columna
Hermandad Stmo. Cristo Amarrado a la Columna

Una de las leyendas que cuentan las personas mayores de Jumilla acerca del origen de la venerada imagen del ''Amarrao'', es la siguiente:

El célebre escultor murciano Francisco Salzillo  solía venir con cierta frecuencia al convento de Santa Ana para retirarse y encontrar en la espiritualidad franciscana la inspiración que le llevaba a realizar sus grandes obras de imaginería.

En una ocasión llegó al convento muy preocupado por la salud de su hijo, preocupación que puso en manos de Cristo orando ante la imagen del Ecce-Homo, prometiendo que, a cambio de la salud de su hijo, realizaría una gran imagen de Cristo que donaría al convento; el hijo se recuperó milagrosamente y el escultor cumplió su promesa realizando esta imagen.

El imaginero más importante de su época

Sabemos que Francisco Salzillo Alcaraz (1707-1783) fue el hijo primogénito del escultor napolitano, residente en Murcia, Nicolás Salzillo, y de la murciana Isabel Alcaraz. Su padre llegó a Murcia para trabajar con Nicolás de Bussy y acabó montando un taller de escultura en el que Francisco aprendió a esculpir y que luego heredó. Estudió con los jesuitas y parece ser que llego a ser novicio de los dominicos, pero en 1727, a la muerte de su padre, se puso al frente del taller para sacar adelante a sus seis hermanos menores.

Fue el imaginero más destacado de su época, pero se negó siempre a salir de Murcia, e incluso rechazó el ser presentado en la Corte de Madrid por el Conde de Floridablanca. Sus obras podemos observarlas en conventos e iglesias de las provincias de Albacete, Alicante, Almería y Murcia. Sus valores artísticos son: valentía de composición, interpretación realista, sobre todo en la reproducción anatómica, e idealismo expresivo, con lo que consigue obras de gran belleza humana que, como dice el Marqués de Lozoya, no han sido superadas en la historia de la escultura barroca.

La historia real

En relación con la historia que se cuenta en Jumilla sobre el origen de la imagen del Cristo Amarrado sabemos que Francisco Salzillo formó parte de los terciarios franciscanos y que solía acudir de retiro al convento de las Madres Capuchinas de Murcia, pero no hay datos ciertos de su presencia en otros conventos o monasterios de la provincia.

En lo referente a la enfermedad de uno de sus hijos, sabemos que Nicolás, el único hijo varón de Salzillo, enfermó y murió en el año 1751, pero no consta ningún dato sobre ninguna enfermedad de su otra hija, María Fulgencia, de la que más tarde sanara.