Pinturas rupestres esquemáticas y levantinas
Los diferentes yacimientos arqueológicos encontrados en la zona confirman la presencia del ser humano desde la Edad de Bronce. En las áreas circundantes a la pedanía muleña existen numerosas cuevas y abrigos con pinturas rupestres de estilo levantino y esquemático.
Entre los restos hallados se cuentan fragmentos cerámicos del Eneolítico excavados en el Campo del Cagitán, vestigios de la cultura argárica en el Castillo de Alcalá, testimonios de asentamientos ibéricos en el yacimiento de El Cigarralejo y huellas de Roma en Villaricos y Caputa.
Orígenes de El Niño de Mula
En algunos textos antiguos se recoge la afirmación, tal vez legendaria, de que Mula y sus tierras circundantes fueron pobladas en torno al siglo XIV a.C. por los griegos zacintos, provenientes de la isla de Zante. Más tarde, y ya bajo el dominio de Sículo, los asentamientos recibirían el nombre de Salonac. En siglos posteriores, la comarca muleña se fue enriqueciendo con nuevas emigraciones procedentes de Grecia y continuó ostentando el control de Salonac hasta la dominación romana. En ese momento comenzó a llamarse Lavinia (en recuerdo de la esposa de Eneas), fundador del linaje que regiría los destinos de la ciudad eterna.