El municipio de Fortuna contiene una Historia que se remonta a la colonización de la antigua Roma. Los vestigios excavados alrededor de los Baños de Fortuna, así como la Cueva Negra, vinculada directamente a los cultos de adoración a divinidades como Baco o Esculapio, nos indican el aprecio que por las tierras de este municipio sentían ya los antiguos.
La abundancia de fuentes y manantiales de agua natural, elementos muy apreciados a lo largo de la Historia por considerarlos medicinales y casi regalo de la divinidad, hacen de Fortuna y sus poblaciones, como La Garapacha, lugares de interés histórico. No fueron las tierras de Fortuna muy afortunadas, si se considera su desarrollo demográfico. Después de pasar a manos de los reconquistadores cristianos, que convirtieron la localidad en señorío durante buena parte de la Edad Moderna, la comarca tendría que esperar hasta 1613 para conseguir su independencia y su Carta Puebla.
La Garapacha nació a partir de un caserío dedicado a faenas agrícolas y de pastoreo. Con los años su original dispersión demográfica ha ido desapareciendo para conformar una villa que, desde el punto de vista económico, hoy día suma a sus tradicionales cultivos una oferta turística excepcional.