Los musulmanes
Existen vestigios de infraestructuras hidráulicas, que indican la presencia de musulmanes como primeros pobladores estables en Valentín. La creación y mejora de acequias y molinos para la manipulación y traslado del agua de riego demuestran que la cultura musulmana, tras su entrada en la Península Ibérica en el siglo VIII, vio en esta zona un lugar ideal para cultivar y construir alquerías en las que residir.
Con la llegada de los castellanos durante la Reconquista cristiana en el siglo XIII, los musulmanes de este emplazamiento se vieron obligados a cambiar de religión bajo amenaza de expulsión del territorio. Por este motivo, gran número de ellos decidió abandonar Valentín, lo que provocó una gran despoblación de estas tierras, con la consiguiente repercusión negativa que tendría el abandono de los campos cultivados.
Durante la segunda mitad del siglo XIII, la Orden del Temple incorporó a sus dominios el señorío de Cehegín, en el que entraba Valentín, pero en 1289 la Orden de San Juan añadió a su señorío de Archena el de Calasparra, y con ello la parte de la pedanía valentinera que le correspondía. En la Carta de Población de Calasparra de 1412-1414 aparece esta comarca con el nombre de Valentín, y en ella se habla de la existencia de dos molinos construidos por la Orden de San Juan, que estaban situados a orillas del río Argos, por lo que se supone que la aldea creció en el entorno de estas construcciones, límite entre los dos municipios actuales.