En El Llano de Molina, pedanía situada a pocos kilómetros de Molina de Segura, término municipal al que pertenece, se encuentra la antigua Casa de Don Carlos Soriano.
El edificio forma parte de un conjunto, el de la antigua colonia agrícola que fundó, a finales del siglo XIX, este importante abogado de Molina. Soriano compró los terrenos de El Llano en 1875 a Joaquín Portillo y los puso en cultivo. La ley exigía a los propietarios la construcción de viviendas para los colonos, una escuela para los hijos de estos, una ermita, y un almacén comunal.
La casa consta de dos plantas: la baja se distribuye de tal modo que cuenta con un vestíbulo, escalera, cocina, tinajero y patio; en la primera planta encontramos el dormitorio principal y dos salas más.
La fachada, muy austera, presenta, en la planta baja, el portón de entrada de madera sin apenas decoración y unas ventanas que siguen la misma línea, con rejería.
En la planta superior aparecen estrechos balcones que se corresponden con las habitaciones.
En la parte izquierda de la vivienda aparece una ventana circular también con reja y, a continuación, adosada, la ermita, de pequeño tamaño y planta rectangular.
Siguiendo la misma línea de sencillez, apenas muestra decoración la fachada. Sobre el portón de entrada se encuentra una banda con unas flores talladas, sobre éstas, una ventana circular y coronando todo ello, una pequeña campana suspendida.
Delante de la vivienda, y tras la restauración llevada a cabo recientemente para acoger el Museo Etnográfico de Molina, se sitúa una plaza con alumbrado. Gracias a la decisión de ubicar este museo en la vivienda, se ha podido recuperar este importante conjunto del siglo XIX.