En las estribaciones de la rambla conocida como Algeciras, se sitúa el molino denominado del Berro.
A día de hoy tan sólo quedan en pie las paredes de lo que fue este viejo edificio y, ya en el interior, poleas, cuerdas de esparto y algún utensilio doméstico de los últimos moradores de la casa.
En cuanto a la edificación en sí, ésta parece que fue de planta irregular, albergando en su interior dos pisos que en la actualidad tan solo se pueden adivinar por los huecos dejados por las antiguas vigas al ser desmanteladas.
La existencia de dos plantas es lo normal en este tipo de construcciones y viene dada por la necesidad de habilitar en el edificio un lugar para la vivienda del molinero y su familia, que solía corresponder con el piso superior, y una planta baja, que solía reservarse como zona de almacenaje.
El tejado era a dos aguas, estaba cubierto por tejas de cañón y protegido por el tradicional cañizo, según informaciones proporcionadas por algunas de las personas de cierta edad que quedan en la pedanía y que conocieron este emblemático edificio.
En términos tipológicos, esta clase de molinos se conocen como de cubo con rueda horizontal o rodezno, situándose junto a pequeños ríos de poco caudal e irregulares. Su arquitectura conserva actualmente toda la estructura hidráulica del canal y del cubo, al igual que la red de acequias que se distribuían por las tierras colindantes.