Conocida por los nombres castellanos de albahaca, basílica o el murciano "alhábega", es una de las plantas aromáticas más apreciadas por los gastrónomos del mediterráneo, donde se cultiva desde hace más de 2.000 años tanto por su aroma, penetrante y refrescante, como por sus propiedades medicinales.

Siembra

Se siembra en huertos o jardines, en espacios soleados con riego moderado, siendo también frecuente encontrarla en las macetas de las casas para ahuyentar a los insectos, propiedad insecticida que se empieza a aprovechar en la agricultura ecológica de nuestra región. Popularmente el murciano elogia la excelencia de una persona con la expresión "es alhábega fina".

Recolección

Los terrenos ricos, soleados y húmedos son lugares ideales para su siembra que se realiza al inicio de la primavera, recolectándose a lo largo de los meses de verano, ya que la incidencia directa del sol aumenta el aroma de sus hojas. Estas, especialmente las más tiernas, despliegan todo su frescor antes de la floración, mientras las más viejas ofrecen una nota de sabor picante.

Propiedades

Las sustancias oleosas que concentran en flores y hojas permiten obtener por destilación el aceite esencial de albahaca con propiedades digestivas, calmantes, narcotizantes e incluso insecticidas.

Gastronomía

Su paladar dulce, refrescante y la posibilidad de mezclarse con otras hierbas aromáticas también frecuentes en el Mediterráneo permiten que se emplee tanto en platos fríos como ensaladas, postres de fruta, tablas de quesos; como calientes como asados de carne, salsas, sopas, tortillas o guisos.

En la gastronomía murciana se diferencian dos variedades de alhábega: la fina y la basta, dependiendo de la fragancia o juventud de sus hojas.