Pularda al vino blanco con piñones [Pularda]
Pularda al vino blanco con piñones
Despiece de una pularda [Pularda]
Despiece de una pularda

    La carne de la pularda contiene aproximadamente 167 calorías por cada 100 gramos de porción comestible, no obstante, la forma de preparación también tendrá mucho que decir en el resultado final de este índice en el organismo. Esta ave aporta una gran cantidad de proteínas de alto valor biológico, así como de grasa, aunque se puede reducir retirándole la piel antes de consumirla.

    Entre las vitaminas que se encuentran en su composición destacan las del grupo B, con una mayor proporción de niacina, así como los minerales hierro y fósforo.

    En el mercado

    Las pulardas se presentan generalmente en el mercado frescas, desplumadas, ya sean enteras o troceadas en pechugas, muslos y alas. Debido a la calidad de su carne no es frecuente adquirirlas congeladas o en platos ya elaborados y conservados.

    Para conseguir ejemplares que proporcionen las sensaciones deseadas en el paladar es necesario conocer la edad de las piezas, ya que las más jóvenes (en algunas granjas se sacrifican los animales más jóvenes con 4 meses), con menor cantidad de grasa y más tiernas, son adecuadas para asar, mientras que las pulardas mayores (aproximadamente hasta 9 meses) resultan ideales en guisos, salsas y otras recetas de mayor elaboración.

    Se debe observar que su aspecto externo presente una limpieza absoluta en la piel y las patas, así como que la carne de su pechuga posea una textura firme, consistente.

    En la mesa

    La pularda es una de las aves más respetadas en las mesas de los mejores restaurantes mundiales por su carne delicada, sabrosa e intensa, debido a la grasa infiltrada de forma natural en su masa muscular durante el proceso de engorde.

    Estas características la hacen un bocado exquisito en elaboraciones al horno, prefiriendo algunos gastrónomos y sibaritas un toque de baño maría con el ave en el interior de una bolsa aislante, para posteriormente hornearla en el interior de un recipiente metálico.

    Se trata de un ave que puede protagonizar diversas recetas y elaboraciones tales como guisos o asados, cumpliendo, gracias a su tamaño y sabor, los requisitos apropiados para utilizarla como recipiente de un relleno con frutos secos, setas y verduras.

    También agradece que, durante estas elaboraciones, se riegue con algún vino o licor como cavas, champagnes, coñac, o armagnac (estos dos últimos además se flambearán).