El coco es el fruto del cocotero o Cocos nucifera, una palmácea de climas tropicales que puede llegar a vivir más de 100 años, siendo en la actualidad la especie de palmera más cultivada a nivel mundial.

    El cocotero puede alcanzar los 20 ó 30 metros de altura, con un tronco de corteza lisa y agrisada, donde las cicatrices de las hojas muertas dejan marcas de forma anular.

    El coco es una drupa de forma redondeada u ovoidal y 20-30 cm de diámetro aproximadamente, que presenta diferentes capas:

    La primera (exocarpo) es una cáscara externa de 4-5 cm de espesor y pelos adheridos firmemente a la nuez central.

    Una capa intermedia fina (mesocarpo).

    Otra muy dura (endocarpo), con tres depresiones en disposición triangular, a modo de orificios cegados, uno de los cuales es sensible a la presión (donde se encuentra la semilla y a través del cual se puede beber el agua de coco guardada en el interior de este fruto).

    En el interior de esta última capa se encuentra la pulpa comestible y un líquido de sabor dulce conocido como agua de coco.

    En conjunto puede llegar a pesar cerca de 2,5 kg.

    Los colores que destacan en el coco son el amarillento-verdoso para la capa exterior, amarronado la capa dura y blanco en la pulpa.

    Variedades

    Los tipos de cocotero se clasifican en tres grupos: gigantes, enanos e híbridos, dentro de los cuales existen, a su vez, diversas variedades:

    Gigantes. Comercializados para el consumo en fresco debido a su gran tamaño y la obtención de aceite de coco (excelente porcentaje de copra o pulpa despedazada y seca). El agua de su interior presenta un sabor poco dulzón. Algunas de sus variedades son: Gigante de Renell (GRL) de Tahití, Gigante del Oeste Africano (GOA) de Costa de Marfil, Gigante de Malasia (GML) o Alto de Jamaica.

    Enanos. Su agua muestra un excelente sabor por lo que es utilizado para la elaboración de bebidas. Entre sus variedades destacan Verde de Brasil (AVEB) de Río Grande del Norte, Naranja Enana de la India y Amarillo de Malasia (AAM).

    Híbridos. Nacen del cruce del coco gigante y enano, con frutos medianos-grandes, que aúnan las características de los anteriores. El ejemplar con una mayor superficie de cultivo es MAPAN VIC 14.

    Cultivo

    Los cocoteros son palmeras que necesitan de un clima cálido y húmedo (60% aproximadamente) para desarrollarse y que no existan variaciones considerables de temperatura, con medias diarias que ronden los 27ºC (al tratarse de una planta tropical es muy sensible a las heladas).

    Las precipitaciones anuales deben quedar alrededor de los 1.500 mm, repartidos entre todos los meses de forma igualitaria, ya que un período de tres meses de sequía puede perjudicar a esta especie.

    Los suelos ideales para el cultivo de cocoteros son aquellos profundos, con texturas suaves y con una capa freática muy superficial. Estas singularidades suelen darse en los estratos de la planicie costera, además acepta de buen grado cierto toque de salinidad en el agua.

    La recolección del fruto maduro se realiza entre los meses de enero a julio. Si se producen ejemplares para el consumo en fresco, el coco debe pasar en la palmera de 5 a 7 meses. Si su destino es el rayado o la extracción de aceite se debe esperar a que el coco caiga al suelo o que haya pasado 12 meses en el cocotero.

    Propiedades nutritivas

    Uno de los principales componentes del coco, además del agua, son los ácidos grasos saturados, siendo la fruta que aporta mayores índices de calorías.

    Destacan en su composición la fibra y vitaminas de los grupos E y B (hidrosolubles). Entre los minerales que contiene el coco están el magnesio, potasio, fósforo y calcio.