El consumo de la alcachofa por el hombre podemos considerarlo relativamente tardío si lo comparamos con otros alimentos como olivas o cereales. Parece ser que no es hasta finales del siglo XV cuando unos jardineros italianos a partir de los cardos comienzan su selección buscando aumentar el tamaño de su flor (la alcachofa).
Durante pricipios del siglo XVI se extendió su cultivo por la Toscana y de allí por el sur de Francia a España, cultivándose durante estos primeros siglos sólo para abastecer la mesa de las clases nobles.
La primera referencia en castellano es en 1493 en Arte Cisoria o tratado del arte del cortar del cuchillo del Marqués de Villena de Aragón.
Es en esta época cuando se valoran determinadas de sus propiedades: abrir el apetito, favorecer la diuresis, paliar las enfermedades hepáticas, y también sus supuestas propiedades afrodisíacas. Así, según cuenta Tiziana Valpiana en su libro La Alcachofa (Ed. Ibis, 1988), en la Francia del siglo XVIII circulaba de boca en boca la siguiente picarona cancioncilla:
Colin, comiendo alcachofas,
Dijo a su mujer: Querida,
Come de ellas, son tiernas.
Te lo aseguro, de buena calidad.
La esposa, con dulzura, respondió:
¡Cóme tú, amado mío,
Porque me harán más bien así
Que si me las comiera yo!
La mata de la alcachofa
La alcachofera requiere de terrenos bien trabajados, ricos en nutrientes y con buen drenaje. En nuestras latitudes se multiplica vegetativamente en verano a partir de una planta madre de la que sacamos al menos una yema basal con alguna hoja y una pequeña porción de raíces. Estos 'renuevos' se plantan introduciéndolos en la tierra previamente irrigada.
En otoño, cuando la planta va creciendo, conviene eliminar la mayoría de los brotes que se forman en la base del tallo con objeto de conseguir frutos de mayor tamaño y calidad. Estos brotes de la alcachofera, dada su terneza, resultan muy apreciados por los gourmets, que les dan el mismo uso a que a los cardos.
La cosecha de capullos, de alcachofas, ha de realizarse a medida que van alcanzando el tamaño deseado, siempre teniendo en cuanta que a mayor tamaño menor será su terneza, pero mayor los kilos de cosecha.
La alcachofera puede durarnos varios años, pero en las modernas plantaciones se renuevan antes. ¡Si me las comiera yo!