El nabo o Brassica rapa L es una hortaliza de la familia de las Brassicaceae consumida en Europa de forma mayoritaria hasta la introducción de la patata. Existen diferentes tipos y variedades, las más tiernas son ideales para el consumo humano, mientras que las forrajeras se destinan a la alimentación de ganado.

    Se trata de una planta herbácea de rápido crecimiento, muy apreciada en gastronomía. Posee ramificación aérea con hojas conocidas como nabizas (las más tiernas) o grelos (con tallos de mayor grosor y que se consumen antes de que florezcan) pero su estructura más característica se encuentra bajo tierra, ya que posee una raíz pivotante, bulbosa (aplanada, alargada, cilíndrica o redondeada dependiendo de la variedad), carnosa, que se hincha hasta alcanzar tamaños que pueden llegar a los 5-15 cm de diámetro y pesar entre 100 y 200 gramos (excepcionalmente, algunos ejemplares superan 1 Kg de peso).

    La carne de esta raíz es blanca o amarillenta, de sabor endulzado o picante, también dependiendo de la variedad. Al exterior, presenta tonalidades blanquecinas, aunque puede mostrar colores rojizos o púrpuras en el extremo superior ya que, en algunas especies, se encuentra expuesto al sol.

   Variedades

    Aunque existen variedades que se utilizan para el consumo animal (especialmente de cerdos), a continuación se muestran algunas de las más utilizadas por el ser humano en gastronomía:

  • Nabos Stanis. Cuello púrpura y buena textura para el consumo.

  • Nabito de Teltow. Muy apreciado en gastronomía, pequeño y blanco.

  • Nabo Bola de Nieve. De pequeñas dimensiones y redondo. Su nombre se debe al color blanquecino de su piel.

  • Nabos Virtudes-Martillo. Estructura de la raíz alargada con un estrechamiento en el centro. De carne tierna y dulce.

    Dependiendo de la época del año en la que son recolectados se clasifican en:

  • Nabo de Mayo. Forma esférica y tonalidades blanquecinas, se puede disponer de él durante los meses de mayo y junio.

  • Nabo de Otoño. Se siembra en verano y recolecta en otoño. Con sabores y sensaciones más fuertes que los cosechados en primavera. Su color es rojo o verdoso y `posee carne blanca.

    Cultivo

    El nabo es una hortaliza que ofrece sus mejores producciones en climas templados (alrededor de 20ºC), que dispongan de una humedad relativamente alta.

    Es una especie que se adapta perfectamente a todo tipo de suelos, a excepción de los calcáreos, plantándose en invierno en latitudes templadas y en verano en climas fríos.

    De rápido crecimiento, necesita abundante agua en las primeras fases de su ciclo vegetativo, así como algún clareo cuando disponga de 2 ó 3 hojas. Tras las primeras semanas el riego seguirá siendo constante, pero moderado, evitando encharcamientos que le pueden afectar negativamente.

    La cosecha tiene lugar unos 60 u 80 días después de la siembra, recolectándolos cuando su diámetro aún no sobrepasa el de una pelota de tenis (a mayor tamaño menos calidad para el consumo).

    En la Región de Murcia el cultivo del nabo está muy arraigado a la huerta, realizándose la siembra desde época inmemorial a golpe de azadón, junto con patatas, melones o calabazas.

    Propiedades nutritivas

    El nabo es un alimento cuya raíz apenas aporta calorías al organismo, debido a que la sustancia mayoritaria en su composición es el agua. Además posee niveles muy bajos de hidratos de carbono y, al contrario, es una gran fuente de fibra.

    Los grupos vitamínicos presentes en esta hortaliza son el C (con acción antioxidante) y B (especialmente la B9 o folatos).

    Destacan entre los minerales de su composición el potasio, calcio, fósforo y yodo.

    Las hojas del nabo contienen mayores índices de sustancias nutritivas que la raíz, aunque se consumen bastante menos en la Región de Murcia. Muestran el doble de proteínas y fibra, así como niveles más elevados de calcio. Además proporcionan beta-carotenos o protovitamina A.