Los guisantes verdes o Pisum sativum son legumbres pertenecientes a la familia de las Papilionáceas, al igual que otras especies como el algarrobo, el árbol del amor o las habas. Lo que comúnmente es conocido con el nombre de guisantes son las semillas encerradas dentro del fruto o éste último propiamente dicho.
La planta, una liana trepadora, puede alcanzar hasta los 2 m de altura, con tallos y hojas terminados en zarcillos ramificados encargados de asirla a cualquier punto para conseguir trepar. Las flores presentan tonos rosados o violetas, generan frutos a modo de vainas verdosas de hasta 10 cm de longitud que contienen en su interior de 4 a 10 pequeñas semillas redondeadas y verdes.
Variedades
Los criterios seguidos para clasificar las numerosas variedades de guisantes se apoyan en factores como el tamaño de la planta, el período de plantación o el color y características de sus frutos.
Entre los primeros destacan:
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Variedades enanas. La estructura de la planta es inferior a los 45 cm de altura, manteniéndose por fuerza propia, sin necesidad de apoyarse en un tutor (en los cultivos, pieza de madera colocada en el suelo junto a la planta que le proporciona agarre, permitiéndole ascender). Entre ellas destacan Aureola o Negret.
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Variedades trepadoras o de enrame. Su tamaño puede alcanzar los 2 m de altura, siempre apoyadas en un tutor o asidero. Algunas son Astérix y Lincoln.
Dependiendo de su fecha de cultivo:
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Variedades tempranas. La siembra se realiza en octubre consiguiendo madurar sus frutos durante todo el invierno. Soportan temperaturas muy bajas y las más significativas son Froger o Frimas.
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Variedades tardías. Se siembran en primavera.
Si toman como referencia las características del fruto se dividen en: fruto liso, rugoso, de semilla lisa o redondeada.
En cuanto al color de las vainas se diferencian: verde claro (utilizados para las conservas) y verde oscuro (consumidos en fresco o congelados).
Propiedades nutritivas y salud
Los guisantes están compuestos en su mayor parte de agua, pero destacan en ellos los hidratos de carbono, diferentes vitaminas de los grupos B y C, así como minerales (principalmente fósforo y magnesio) y fibra que aportan numerosas propiedades beneficiosas para la salud.
Estas sustancias (en especial la vitamina C, calcio, magnesio, ácidos y fibras solubles) favorecen la circulación de la sangre disminuyendo el colesterol y, gracias a sus propiedades como vasodilatadores, previenen posibles afecciones cardiacas como la angina de pecho o el infarto de miocardio.
Los guisantes poseen un efecto regulador del azúcar en sangre que interviene en el mantenimiento de los niveles, por lo que resultan aconsejables en las dietas de personas diabéticas, menores o atletas, debido a su aporte extra de energía. La sensación de saciedad que provoca también es utilizada por expertos en nutrición para incorporarlos en dietas que regulen el peso.
Proporcionan proteínas vegetales y minerales constructivos favoreciendo el desarrollo de las células, así como su renovación, siendo adecuados para los jóvenes en edades de crecimiento o las personas mayores. Otra ventaja que otorgan los guisantes hace referencia al mantenimiento adecuado de los tejidos corporales, la salud de cabello, uñas, piel o fuerza muscular. Resultan muy importantes en las dietas de aquellas personas que sean sensibles a padecer anemias, previniendo además enfermedades óseas como la osteoporosis.
Su contenido en fibra, al igual que en numerosas verduras y hortalizas, le proporciona la cualidad de favorecer el tránsito intestinal aliviando el estreñimiento, evitando así el exceso de sustancias sedimentadas en las paredes del colon y previenen el cáncer de este órgano interno.
Pero para que el organismo asimile de forma correcta las proteínas de estas legumbres es aconsejable consumirlas junto a cereales como el arroz que aportan los aminoácidos esenciales de los que carecen los guisantes.