Espinacas

En el mercado

Las espinacas se pueden encontrar en el mercado frescas o congeladas. Las primeras presentan una calidad superior durante las estaciones de otoño y primavera, las segundas por supuesto, todo el año.

A la hora de realizar la compra de espinacas en fresco es importante seleccionar las que mantengan un tono de color brillante, intenso y uniforme, con aspecto de frescor, así como textura tersa, tierna. En algunas ocasiones las hojas se ven salpicadas con manchas rojizas o amarillentas, denotando la posibilidad de haber sido infectadas con algún tipo de hongo por lo que no es recomendable su adquisición. La forma y apariencia de las hojas también puede mostrar una pérdida de calidad en esta planta, reflejándolo con texturas ásperas, de tallos fibrosos o escasa intensidad en el color. Si estas poseen un tamaño inferior al usual (20 cm) es posible que no haya alcanzado su madurez y carezca de sabor.

Su conservación, una vez en casa, debe hacerse en la nevera, introducidas en una bolsa de plástico a la que se realizan algunas incisiones para dejarla respirar. De esta forma se aprovechará incluso tras dos semanas.

Soporta muy bien la congelación, con períodos que pueden alcanzar un año. En la actualidad, el aumento de producción de espinacas que se está viviendo en numerosos países viene dado como consecuencia de la comercialización de este producto congelado, además la pérdida de valores nutritivos tras este proceso es mínima.

En la mesa

Las espinacas se consumen tanto en crudo como cocinadas. Es necesario, al igual que en la mayoría de verduras y hortalizas, un lavado previo si los ejemplares son frescos para eliminar restos de tierra, así como desechar las hojas marchitas y los tallos con exceso de fibras o de textura dura.

En crudo son muy usuales las elaboraciones de ensaladas, aprovechando todas las propiedades y riquezas que ofrece esta planta.

En la cocina generalmente se preparan al vapor ya que conservan la mayoría de sus nutrientes, hervidas tan sólo 5 minutos, fritas, salteadas, al horno, etc.

Como entrante combinan salteadas con ajos, cebolla y morcilla. También se suelen añadir en tortillas, menestras, cremas o purés, además de como ingrediente de platos de pescado como el pastel de bonito o de bacalao.

En los guisos tradicionales en la Región de Murcia son un acompañamiento idóneo para las legumbres o el arroz, pudiendo resultar una magnífica guarnición en platos de carne asada o frita.