El apio o Apium graveolens es una hortaliza perteneciente a la familia de las Umbelíferas. Se trata de una planta silvestre que, debido a sus propiedades beneficiosas para el organismo, fue cultivada para su producción y comercio.

Entre sus características morfológicas destaca un tallo grueso, hueco y estriado compuesto por pencas que pueden llegar a alcanzar los 30-60 cm. en las variedades cultivadas, aunque comercialmente su longitud se aproxima a los 25-30 cm. La forma que le confieren al tallo es cilíndrica y de ellas brotan las hojas.

El peso ideal una vez recolectado y dispuesto para su comercialización está comprendido entre los 460 y los 720 gramos, aunque algunos ejemplares pueden alcanzar los 900 gramos. El color natural del apio es verde (variando desde tonos claros a intensos), pero las diversas técnicas de cultivo utilizadas para su producción permiten blanquear sus pencas en las últimas etapas de crecimiento cubriéndolo y recibiendo luz tan sólo las hojas. Los tallos de apio poseen una textura crujiente y un sabor con cierto tono anisado con un regusto ligeramente amargo, agradable. Las diferentes variedades suavizan o enfatizan este amargor.

Variedades

El Apium graveolens presenta escasas variedades, principalmente diferenciadas por el color de sus tallos:

Verdes. Se trata de una variedad rústica, de fuerte crecimiento y con facilidad para adaptarse a un amplio tipo de suelos. Para adaptarlas a las preferencias de ciertos mercados europeos (como por ejemplo Francia) necesitan prácticar el blanqueo. Entre las más conocidas y plantadas se encuentran D¿Elne, Pascal, Repager R., Florida y UTA.

Amarillentas-blanquecinas. Son plantas con un cultivo más delicado y dificultoso pero apreciadas enormemente en los grandes mercados. Algunas de las más destacadas son: Blanc de Perpignan, Celebrity, Golden, Light y Dore Chemin.

La producción anual de apio amarillo-blanquecino se acerca al 30% mundial, el 70% restante pertenece a las variedades verdes.

Propiedades nutritivas y salud

El apio es una de las hortalizas más ligeras que existen en la naturaleza ya que el 95% de su composición es agua, además de contener tan sólo 16 calorías cada 100 gramos, resultando un alimento saludable y refrescante. Pero la característica por la que mejor se conoce es su función diurética debida a su riqueza en aceites esenciales como apiol, limoneno, selineno y asparagina, que favorecen la actividad de diversos órganos internos como el hígado o los riñones.

Es un alimento regulador en todos los niveles, al que recurren los especialistas en dietética para incluirlo en los programas de pérdida de peso.

Su composición proporciona además poder antibacteriano, ayudando a combatir ciertas afecciones renales. Otra de las propiedades de este alimento es eliminar o regular los niveles de ácido úrico por lo que resultará beneficioso para los enfermos de reuma, gota, diabéticos, o los que padezcan de piedras en el riñón o la vesícula.

También es rico en sales minerales por lo que en ensaladas, acompañado de otras hortalizas como la cebolla, ayudará a realizar la digestión incrementando los jugos intestinales, confiriéndole además propiedades como laxante suave.

Sus niveles de vitamina B1, B2 y B6 le otorgan beneficios para la vista, los huesos y el cabello, así como la riqueza en minerales (sobre todo potasio) ayudan a la transmisión y generación del impulso nervioso y la actividad muscular.

El consumo frecuente de esta hortaliza proporciona cierta regulación en el aparato circulatorio, rebaja el colesterol, combate la hipertensión y evita la aparición de enfermedades relacionadas con el corazón.