El caldo con pelotas es una receta muy navideña en la Región de Murcia. De hecho no falta a ninguna mesa murciana una taza de caldo con pelotas en Nochebuena o el día de Navidad.

De modo que, esta tradicional albóndiga acompañada de un caldo ligero, es sinónimo de celebración y familia.

El caldo con pelotas es una sencilla receta de exquisito sabor al alcance de todos los bolsillos, fácil de elaborar y altamente nutritiva.

El caldo con pelotas está cargado de matices y aromas. Es un plato que se toma para calentarse en la merienda o en la cena, durante el invierno.

Ingredientes para cuatro comensales

125 gramos de magra de cerdo
125 gramos de tocino salado
1 manojo de perejil picado
2 dientes de ajo
Pimienta
125 gramos de blanco
125 gramos de pechuga de pollo
Azafrán en polvo
2 huevos
Piñones
125 gramos de longaniza
1/4 kilo de carne picada
1 litro de caldo de pollo
Pan rallado
Sal


Modo de elaboración

Paso 1: Preparar los ingredientes

     Se solicita en la carnicería al comprarlos, que pique juntos todos los ingredientes, el embutido y la carne.

     Se cortan los ajos muy pequeños, se pican el perejil y los piñones, y se exprime un limón.

     En una fuente con fondo se colocan juntos todos lo ingredientes el picado de carne y embutido, los ajos, perejil, piñones, jugo de limón, sal, pimienta y azafrán.

Paso 2: Amasar las pelotas

     Al conjunto de ingredientes se le añaden los huevos y el pan rallado. Se amasa todo bien hasta mezclarlo homogéneamente. Se cogen pedazos de esta masa y se forman bolas no muy grandes, con las manos.

Paso 3: Añadir las pelotas al caldo

     Se calienta en una olla un litro de caldo de pollo. El caldo puede ser el sobrante de un cocido, o puede ser elaborado a partir de concentrados de caldo.

     Se van añadiendo las pelotas al caldo y se dejan cocinar unos 10 minutos.

     Al caldo se pueden añadir fideos de sopa, en cuyo caso se dejan cocer hasta que estén tiernos.

Presentación en mesa y acompañamiento

El caldo con pelotas se sirve en taza. Es una taza amplia, donde cabe sobradamente la albóndiga y el caldo. Debe estar, por supuesto muy caliente, humeante. La pelota flota en el caldo y no debe cortarse.

Hay quien gusta de añadir al caldo un chorrito de vino tinto, para reforzar el sabor de las carnes que componen la albóndiga. Más frecuente es rociar con un chorro de limón exprimido al caldo.