El ajo o Allium sativum es una planta bulbosa, vivaz y rústica que pertenece a la familia de las Liliaceae, subfam. Allioideae. Su raíz se compone de 6-12 bulbillos, conocidos tradicionalmente como dientes de ajo, unidos por la base formando un cuerpo con forma redondeada llamada 'cabeza de ajos'. Cada uno de los 'dientes', así como el bulbo, queda recubierto por una membrana semitransparente. De su parte superior nacen partes fibrosas que enraízan la planta a la tierra y le proporcionan el alimento. Su color es blanco-amarillento una vez retirada la delgada capa que lo recubre. Esta película posee tonos que van desde el blanco al gris. Si algo caracteriza al ajo son sus intensos aroma y sabor.

Variedades

El color de la capa que envuelve los ajos es su elemento diferenciador en el mercado para distinguir tres tipos.

Ajo blanco o común. Es el ajo más consumido en los hogares españoles ya que resulta en seco un condimento ideal para numerosas recetas por su intenso sabor y aroma persistente. Su color exterior es blanquecino, y los dientes se distribuyen de forma aislada. Se puede conservar sin necesidad de nevera durante un gran período de tiempo. Su tamaño es mayor que el resto de tipos, pudiendo alcanzar diámetros de 10-12 cm.

Ajos morados o rosados. Su tamaño es menor y su color exterior se mueve en una amplia gama de morados-rosados. Su período de conservación es mayor que en el Ajo blanco.

Ajo tierno o Ajete. Se trata de la planta en su fase de juventud, a finales de invierno o comienzos de la primavera. Su textura presenta una menor rigidez que en su adultez, mostrándose como un alimento tierno que combina con platos de revueltos de verduras o tortillas.

Propiedades nutritivas y terapéuticas

Los ajos poseen una riqueza en proteínas e hidratos de carbono superior a otras hortalizas y verduras por lo que las superan en aporte energético. Los componentes que destacan por sus aportes son los minerales (potasio, fósforo, yodo, zinc y magnesio), vitamínicos (vitaminas B1, B3, B6, C y E), de naturaleza azufrada o sulfurosa y la aliina (responsable principal de su aroma y descubierta en los años 40 del siglo XX por el doctor y premio Nóbel suizo Arthur Stoll).

Esta naturaleza le confiere propiedades diuréticas, depurativas, antisépticas y antibacterianas por las que se ha utilizado desde hace cerca de 5.000 años.

El ajo es un alimento que puede prevenir las dolencias cardiovasculares ya que su consumo provoca vasodilatación, permite una mayor fluidez de la sangre y disminuye la presión a la vez que mejora la circulación sanguínea. Su consumo habitual regula los niveles de triglicéridos reduciendo los lípidos del organismo. Además es uno de los alimentos cuyo consumo reduce en un 50% el riesgo de padecer cáncer de estómago, según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos.

Otros beneficios para el organismo son:

¬ Combate ciertos hongos, virus y bacterias.
¬ Mejora el tratamiento de las congestiones e infecciones del aparato respiratorio.
¬ Estimula el apetito y ayuda en la digestión (aunque deben abstenerse de su excesivo consumo las personas con estómagos delicados o que tengan escasez de ácido gástrico).