El Calcolítico o Edad del Cobre

     Durante el Calcolítico, Edad del Cobre, también llamado Eneolítico, se introduce una nueva materia prima en la cultura material de los pueblos del sudeste peninsular: el cobre. Durante este período, que se extiende entre el 3000 y el 2500 a.C, los metales llegan a través del intercambio comercial. Se trata de  pequeñas herramientas, puñales, punzones,  o puntas de lanza,  fabricadas mediante martilleado y no fundidas, pues los hornos calcolíticos aún no son capaces de alcanzar la temperatura suficiente para fundir el cobre.

     Como en épocas precedentes, se sigue utilizando la piedra, el hueso, la madera y textiles, además de la cerámica. En los poblados al aire libre, además de en los ajuares de los enterramientos, se encuentran puntas de flecha en sílex, Ídolos en hueso, Vasos de yeso decorados, cerámicas decoradas a la Almagra, además de objetos de adorno personal como pulseras y collares fabricados en diferentes materiales.

     Uno de los poblados más importantes excavados en la Región es el yacimiento lorquino de El Capitán, del que proceden numerosas puntas de flecha, objetos de hueso, conchas marinas producto de intercambios comerciales y gran cantidad de cerámica fabricada a mano (cuencos, ollas y vasijas de almacén). Sin embargo, en lo que a cultura material se refiere, sobresale los restos de tejido de una túnica en lino, con una capucha tintada de rojo, hallada en Cueva Sagrada, posiblemente los restos de textiles más antiguos hallados en Europa.

La Edad del Bronce: la cultura del Argar

     Durante la Edad del Bronce (segundo milenio a.C.) se desarrolla en el sudeste peninsular (Almería, Murcia, Granada, Jaén y Alicante) la cultura del Argar. Las excavaciones realizadas en la Región, sobre todo en Totana (La Bastida), Lorca (Casco Urbano, Castillo, Coy,  Almendricos y Los Cipreses) y Mazarrón, han aportado gran cantidad de objetos.

     Destaca la cerámica, fabricada  a mano; su superficie es lisa y pulida a través de un alisado o bruñido. Aunque la tipología es diversa, las formas más frecuentes corresponden a cuencos, ollas, tulipas, ollas, copas y urnas.

     Durante está época se perfecciona el trabajo del metal, tanto del cobre como el bronce.  El metal era golpeado en primer lugar, en un mortero, y después fundido. A continuación se vería sobre un molde que tenía la forma de la herramienta que se quería fabricar.

     Además del metal y la cerámica, perduran (aunque disminuye en número) los objetos en sílex, al tiempo que se desarrolla la industria textil (documentada por el hallazgo de pesas de telar y fusayolas). También están presentes objetos en otros materiales (oro, plata, conchas marinas) recibidas a través del intercambio comercial con poblaciones del litoral.