Una historia de miles de años

Ya no sólo desde época romana, sino desde época Mesopotámica (3000 a.C.) se sabe de la existencia histórica del uso de la nieve y de lugares para albergarla, como sótanos o cuevas. Aunque desde siempre se han dado como introductores de estas prácticas a los árabes, tras la invasión de la península y su posterior ocupación del territorio, es verdad que se tiene constancia de la utilización y recogida de nieve en época romana, con lo cual se puede dar por seguro que debieron de existir ya estructuras similares o no, con el mismo fin que los que hoy en día conocemos.

Tanto romanos como árabes utilizaron y dieron una importancia enorme a la conservación de la nieve, ya que a sus utilidades meramente conserveras, se unía la utilización de este elemento con diversos fines, entre el que destaca el terapéutico. Se tiene constancia de que éstos en la Región se debieron de estar utilizando desde el siglo XII, aunque tenemos pruebas fidedignas documentales desde el siglo XVI, siendo el auge de los mismos, a la par que el aumento del comercio de esta preciada sustancia, desde el siglo XVII hasta el XIX.

En los primeros albores del siglo XX y con la llegada del frío industrial y los avances tecnológicos, se hizo innecesario todo el proceso largo y costoso que suponía el uso de estas edificaciones, dejando que paulatinamente se fueran desmoronando en muchos casos y que otros, gracias a su fuerte estructura, aguantasen estoicamente los envites del tiempo y la climatología.

Actualmente hay especialistas e investigadores que han vuelto la vista atrás para estudiar estas moles de piedras olvidadas en las sierras murcianas, buceando en los archivos y actas, descubriendo el mundo del hielo, que es muy difícil hoy en día en llegar a comprender y valorar en su totalidad