Palacio Consistorial

Arquitectura del exterior

     El Palacio ofrece tres fachadas distintas, de ahí que de sus cuatro cúpulas sólo dos sean parejas, es decir, de igual planta, y son las que definen la fachada de la calle Alcalá Zamora. En frente de la Autoridad Portuaria y al Gobierno Militar podemos observar la segunda fachada, de ritmos más sencillos, y que tiene como vértice principal la cúpula del reloj. Podríamos considerar como tercera fachada la que preside la Plaza del Ayuntamiento, distinguida por la cúpula mayor, de planta rectangular, y con el escudo del municipio inserto en ella.

     Destacan sus grandes balcones y la fachada principal de la Plaza del Ayuntamiento, que está presidida por dos grandes columnas sobre pedestal y tres arcos con puertas de acceso, y el de la fachada Este –calle Alcalde Zamora– también zona de acceso al palacio.

     En la arquitectura de este gran edificio se pueden ver las distintas calidades de los materiales de su exterior y la combinación de colores, el gris de un basamento de sillares de granito, el blanco del mármol blanco del resto de la fachada.

Estética

     Si bien la fachada del palacio y la época de su construcción coinciden con la difusión de la arquitectura modernista de finales del siglo XIX y principios del XX no hay que olvidar algunos detalles clasicistas de la misma, como el cuerpo adelantado de la fachada de entrada,las líneas rectas que abundan en todo los trazos del edificio, los grandes ventanales dintelados en el segundo piso junto a los acabados en arco del primero, la piedra roja de Villalba de su zócalo y las planchas de zinc de las cúpulas que coronan sus extremos.

     Todos estos detalles pueden rememorar la arquitectura clásica europea de edificios destacados de Francia o Alemania.

Arquitectura del interior

     El modernismo se acentúa, sin embargo, en las estancias interiores, con un mobiliario diseñado por el conocido pintor Inocencio Medina Vera. El vestíbulo del edificio, tiene dos pares de pilastras de fundición como elementos decorativos y no sólo arquitectónicos, conforman la entrada que da paso a una gran escalera imperial con dos grandes lámparas de hierro en su inicio y decorada su baranda con elementos florales. El mármol de Macael, la piedra y el hierro de fundición se ven aquí conjugados en una estética puramente modernista con algunos elementos que nos recuerdan también la riqueza y detallismo del Rococó.