Detalles de la Fachada [Palacio del Concejo de Jumilla]
Detalles de la Fachada

Arquitectura

Seis y medio son los escalones que hay que subir para atravesar los dos grandes arcos de medio punto, que se apoyan en tres columnas toscanas de orden romano, con tres medallones vacíos, situados entre ellos.

Una ventana sin frontón deja entrar luz por el lado derecho de la fachada y dos pilastras parecen sustentar el siguiente cuerpo. En éste segundo cuerpo se abren tres ventanas que no guardan simetría con él horizontalmente pero, quizás sí, longitudinalmente con la ventana de la planta inferior. Las tres están decoradas con un frontón triangular, que según unas Actas capitulares, los dos exteriores se colocarían años después.

En medio de las dos ventanas centrales hay un escudo real Borbón, que parece ser también posterior. Todo este cuerpo termina con un friso que separa el ultimo cuerpo del edificio, el cual siendo en la fachada, el más estrecho es sin lugar a dudas el más llamativo y representativo de la época. Catorce bellas columnas salomónicas entrelazadas sostienen esta bella arcada que esta flanqueada dos escudos (uno a cada lado) de la localidad, dentro de unos cuarterones, no parecen hechos para el edificio, sino más bien traídos de la antigua sede del Concejo.

El artesonado de la Sala Capitular es de madera, con decoración en las ménsulas, todas ellas con motivos de incisiones de forma geométricas y en su cara frontal terminación en volutas, da imagen de sencillez pero a la vez destaca por el sentido estético de gran espacio.

Zonas

Por los dos grandes arcos de entrada, se accede a la planta baja que tenia la Alhóndiga, la Sala del Concejo ( o Capitular) se ubicaba en el primer piso, donde también se guardaban los archivos, cartas reales, libros de actas y de cuentas, todo lo referente a lindes y lo que fuera administración de Jumilla, esta sala estaba decorada con un retablo  (1581) obra de Jerónimo de Córdoba.

No se ha podido constatar si realmente el Pósito de grano estuviera en una torre que tendría el acceso por esta misma primera planta, y en la que posiblemente hubiese un reloj ( según el Canónigo Lozano esta torre seria más alta que el edificio al menos un cuerpo).

Los cargos concejiles, el escribano y la estancia de justicia estarían en la última planta y quizás de todas ellas, la más bella a consecuencia de la luz que entraba por los trece preciosos arcos decorados entre columnas salomónicas. 

Se cree que los calabozos estuvieran separados por el patio, y en la parte posterior del edificio. La Ermita de San José ( finales sXVII) fue precisamente edificada en este lugar frente a los calabozos, para dar la comunión a los presos.

En la actualidad el Palacio del Concejo es el Museo de arqueología y su reciente rehabilitación tiene como objetivos mostrar en sus salas los hallazgos arqueológicos más importantes.