Vista General del Castillo de Lorca [Cerro del Castillo]
Vista General del Castillo de Lorca

En esta época, la alcazaba del Castillo vuelve a recuperar su carácter político administrativo: se erigen las dos torres que hoy en día dominan el Valle del Guadalentín: la torre Alfonsina y la Torre del Espolón.

También se levantan nuevas murallas, en parte sobre las anteriores islámicas, reforzando la seguridad del enclave, ya que Lorca sería ciudad fronteriza con el Reino de Granada hasta bien avanzado el Siglo XV.

Esta fase de dominación cristiana ha sido una de las mejor conocidas en el Castillo de Lorca, sobre todo gracias a  una minoría étnico–religiosa que quedó arraigada en este territorio, configurando la judería de Lorca.

Los rasgos físicos de sus elementos de vida cotidiana, como su arquitectura doméstica y religiosa, constituyen un conjunto de cierta entidad para el conocimiento de esta población y el reconocimiento de su papel en la defensa del conflictivo territorio lorquino.

A partir del siglo XV y con la llegada de los tiempos modernos, son escasos los restos que se documentan, reduciéndose a la reutilización o adecuación de algunos ámbitos domésticos que quedaron abandonados, tras la conquista de Granada y la expulsión de los judíos.

En época contemporánea nuevos peligros hacen que sea reutilizada la alcazaba, en la que se realizan numerosas obras de arquitectura militar, adecuando las antiguas estructuras defensivas medievales, a las prácticas defensivas del momento y también a construcciones vinculadas al mantenimiento de los destacamentos  militares.