La Basílica es un edificio de planta rectangular, dividido en tres naves separadas entre si por arcos sustentados en columnas y con una entrada porticada. La nave central, como ocurre en la mayoría de iglesias y edificios de planta basilical, es más ancha que los laterales; en el extremo opuesto a la entrada hay un ábside semicircular peraltado. En la nave lateral izquierda aparecen una serie de muros de 3 metros de anchura por 14,20 metros de longitud, mientras que en la nave lateral derecha conserva parte de su cabecera que enlaza con el Baptisterio, dos sepulturas tardías y un arranque de arquería que separan entre las naves.
El pórtico de entrada o nartex está situado en el lado norte, en el cual aparecen tres basamentos cuadrados dos de los cuales son para la línea de separación y el otro propio del nartex de la Basílica.
El Baptisterio esta adosado a la Basílica en forma mixtilínea de 8 metros de diámetro. En el centro de la habitación hay una piscina bautismal de forma octogonal (según los estudios realizados debía tener una profundidad de entre 1,50 - 1,60 metros con su desagüe), recubierta por opus signinum para impermeabilizar y gruesos muros de mampostería. No hay restos de ninguna puerta que comunicara con la Basílica en la nave lateral derecha pero en el lado opuesto hay un ingreso por una posible puerta, donde se puede observar restos del umbral y parte de la jamba izquierda. Dicha puerta comunicaría con otro espacio de forma rectangular pudiendo ser una antesala o vestíbulo, en cuya habitación estarían los catecúmenos.
La piscina del Baptisterio se adapta perfectamente al rito bautismal, que es muy parecido al rito africano. Dicho rito tiene tres partes: renuncia al diablo, profesión de fe y bautismo, con una sola inversión.