Se localiza en la ladera Sur y Sureste del Poblado. Ha sido objeto de numerosas expoliaciones desde el siglo XIX aunque se conocía desde mucho antes. El archivo de la villa conserva algunos documentos con referencias a descubrimientos de cerámica en la zona del cabezo del Tio Pío. En uno de ellos se hace mención al descubrimiento de "pedazos de barro romano… Algunas de estas que se han encontrado enteras se las ha hallado llenas de cenizas mezcladas con costillas y pedazos de restos humanos…". Si bien el que redactó el escrito se equivocó al fechar la cerámica, aporta un importante testimonio de que ya, a finales del siglo XVIII, el Cabezo del Tío Pío comenzaba a interesar.

La necrópolis se encuentra en una zona escarpada, erosionada, que hasta hace unas décadas estuvo libre de los abancalamientos hechos con fines agrícolas pero que en la actualidad se encuentra llena de árboles frutales o ha sido desfondada lo que ha contribuido al deterioro de un importante enclave arqueológico.

En el año 1944, J. San Valero y D. Fletcher realizaron una campaña arqueológica centrada en el poblado y excavaron cinco tumbas en la necrópolis. Los materiales exhumados acompañaron a otros conocidos ya desde antiguo y que componen una de las colecciones arqueológicas de época ibérica más importantes de la Región.

Todas las sepulturas excavadas parecen pertenecer al siglo IV a.C aunque la cronología del yacimiento se remonta al menos a la segunda mitad avanzada del siglo VI a.C. y se prolonga hasta el siglo I a.C a tenor de los hallazgos superficiales y de la excavación de 1955.

La presencia de cerámica griega, muy variada y rica, es resultado de la excelente ubicación del poblado junto al río Segura con grandes posibilidades agrícolas, ganaderas y de apoyo a las vías de comunicación hacia el interior a través de la vía fluvial. La presencia de estas cerámicas de importación nos muestran no sólo un elemento de lujo y de prestigio del propietario, sino un posible objeto por derechos de paso, manutención e impedimento de los comerciantes que se dirigían hacia el interior.