Cristo Crucificado General [Iglesia de Santa Eulalia]
Cristo Crucificado General

Realizada en mármol.

Se trata de Cristo en la cruz, momentos antes de morir. Esta clavado con tres clavos, cruzando las piernas a la altura de los tobillos. La cabeza ligeramente alzada y vuelta hacia la derecha. La mirada esta dirigida hacia el cielo, desde donde su Padre, Jehová, le fortalece para resistir esa gran prueba.

Sus rasgos, expresividad, y patetismo están muy en consonancia con la plástica barroca andaluza, por lo que bien puede pertenecer a esta escuela, aunque su origen parece ser siciliano ya que fue enviado por el cardenal Belluga desde Italia hacia 1742 para ser colocado en el oratorio de San Felipe Neri.

Consta de varias piezas de mármol ensambladas. Pueden verse las calidades del mármol rosáceo que simulan la coloración de la carne, al mismo tiempo que las vetas grisaceas simulan la sangre que resbala de arriba hacia abajo por el atormentado cuerpo. Las marcas transparentes de la piedra y las manchas oscuras naturales se tornan en latigazos y cardenales, como la que cruza el costado derecho en el lugar donde posteriormente le sería clavada la lanza, para constatar su muerte. Cumpliéndose así la profecía bíblica de que ningún hueso le sería quebrantado.

Llama la atención el potente y quebrado paño de pureza, anudado en el lado derecho, donde el martillo y el cincel han logrado una filigrana extrema, al igual que en el cabello, la barba partida y las expresivas cejas y ojos. La policromía es posterior, de calidad no acorde con la labor de la talla.

Observaciones

En cuánto al origen de la obra, López Jiménez argumenta que en una carta escrita por Fray Manuel de Belluga relatando un viaje del cardenal a Nápoles, consta que el príncipe de Ladraría, le envió desde Palermo este crucifijo.

Nombre: Crucificado

Objeto: Escultura

Autor: Anónimo

Fecha: Principios del siglo XVIII

Ubicación: Iglesia de Santa Eulalia (Murcia)