Detalles del Interior [Iglesia o  Ermita de Santa Elena Caravaca de la Cruz]
Detalles del Interior

Historia del templo

Existe la tradición de que las ermitas del noroeste murciano se edificaron a partir de la reconquista de Granada a fines del siglo XV y principios del XVI. Este florecimiento de las ermitas continuó durante los siglos XVII y XVIII con el llamado barroco rural, donde las proporciones de los edificios aumentaron en su estructura, consiguiendo una mayor ornamentación en toda la iglesia, ya fuese con retablos, pintura al temple, etc. Durante el siglo XIX se produjo un estancamiento de la construcción de ermitas, conociendo un nuevo renacer en la segundo mitad del siglo XX, llegando hasta nuestros días, con edificios funcionales y utilitarios.

Como se ha dicho, el siglo XVIII será el gran siglo de los cambios arquitectónicos y decorativos en cuanto a portadas, cruceros más amplios, cúpulas, etc. Es en este momento cuando aparecen nuevas ermitas como la que nos ocupa de Santa Elena y la de Santa Inés, ésta adosada a un cortijo señorial en Caravaca. En el Campo de Moratalla la de San Juan Bautista, la de San Pedro y la del Sabinar son muy semejantes al poseer un pórtico a los pies, y en el casco urbano la de Santa Ana. En Calasparra, el Santuario de Ntra. Sra. de la Esperanza y la ermita del Ecce Homo de advocación única en la zona.

En la Copa de Bullas la ermita de la Consolación hoy muy transformada y en la huerta de Cehegín la del Campillo de los Jiménez, que conserva la mayoría de su decoración mural.

A finales del siglo XVIII y principios del XIX surgieron las torres-campanario, como en el caso de la ermita de Santa Elena.

La mayoría de los ajuares litúrgicos de las ermitas son de época muy reciente debido a las destrucciones que sufrieron durante la Guerra Civil y todavía hoy.

Obras de importantes artistas

Entre los nombres propios que aparecen vinculados a esta ermita se encuentra el de José Sánchez Lozano, escultor murciano del siglo XX, seguidor de la estética de Francisco Salzillo, quien se dedicó en la postguerra a realizar esculturas de reposición para que las iglesias de la Región recuperaran sus Santos destruidos en la contienda. Para la ermita de Santa Elena realiza una escultura de San Juan Evangelista de 1947.

También aparece el de Agustín López, quien realizó retablo barroco para la ermita de Santa Elena, fechado en 1707. También podemos encontrar un retablo de este artista en la iglesia de San José, del Monasterio de Madres Carmelitas de Caravaca.