La iglesia de San Bartolomé de Ulea posee varias obras religiosas de cierta envergadura.

    Una de ellas es su retablo mayor, el cual tiene caracteres neoclásicos y está presidido por la imagen de San Bartolomé, tallada en madera en el año 1940 por el valenciano Bellido.

    También cuenta la iglesia con una Dolorosa de Carrillo y la reliquia de la Santa Cruz, aunque la original fue robada en 1934.

    El resto de imágenes que contiene la iglesia tiene escaso interés. Todas ellas están depositadas en la sacristía al estar la iglesia cubierta de andamiaje por las obras de restauración del interior. Uno de los objetivos de esta intervención es recuperar las pinturas descubiertas bajo el enlucido actual de la iglesia.