La planta de la iglesia de San Miguel Arcángel está formada por una sola nave de 27 metros de longitud por 8,45 metros de anchura, con 6 capillas laterales (tres a cada lado) colocadas entre pilares rectangulares con pilastras adosadas, formando una sección cruciforme. Esas capillas están comunicadas entre sí mediante arcos de medio punto, lo cual les da un cierto carácter de naves laterales. Las medidas de estas capillas son 4,55 metros de fondo por 3,30 metros de ancho. La nave se cubre con bóveda de medio cañón (en la que se abren lunetos), mientras que el centro del crucero lo hace mediante una cúpula hemiesférica o de media naranja que se levanta sobre pechinas, así como la existencia de un “tambor”, ubicado entre estas y la cúpula propiamente dicha, por donde entra la luz de los ventanales allí colocados. Hay cuatro lienzos adosados a la pared que representan a San Jerónimo, San Ambrosio, San Agustín y San Gregorio Magno, los cuatro grandes Doctores de la Iglesia. El testero o cabecera es plano.

Los espacios de la iglesia están dispuestos de la siguiente manera: tres tramos en la nave con sus correspondientes capillas y las respectivas bóvedas de crucería simple, a las cuales le sigue un crucero cuyos brazos no sobresalen al exterior, y finalmente el presbiterio o altar mayor. En el lado del Evangelio, el izquierdo según entramos al edificio, hay una construcción anexa que corresponde a las dependencias parroquiales, que son concretamente, la Sacristía, la Ante-Sacristía y el Despacho Parroquial.

La iglesia se edifica sobre pilares rectangulares, con pilastras adosadas de fuste liso y capitel de orden compuesto, que sustentan los arcos de acceso a estas capillas, ambos elementos, capiteles y arcos, están decorados con filigranas de yesería sobredorada, propio del decorativismo barroco. Sobre éstos, se dispone un entablamento cuyo friso es liso y cuya cornisa lleva una decoración vegetal, que discurre por toda la iglesia. La decoración interior de la iglesia se realiza mediante pinturas al temple de color azul y con florones dorados.

Fachada

La fachada, muy alterada tras los sucesivos revocos que se le han ido añadiendo, presenta un acceso constituido por un arco de medio punto enmarcado entre pilastras de orden corintio adosadas al muro, con su correspondiente entablamento, a modo de un arco de triunfo. Sobre las pilastras aparecen dos imágenes que representan a San Pedro y a San Pablo, padres de la Iglesia, y que flanquean una hornacina con la imagen del titular de la iglesia, San Miguel Arcángel. En 1603 Pedro Monte hizo una nueva traza para levantar la iglesia de San Miguel Arcángel, en colaboración escultórica con Cristóbal de Salazar, a quien se le atribuyen las esculturas, actualmente muy deterioradas y mal modificadas, en la portada de dicha iglesia. La fachada principal está realizada en piedra, mientras que el resto de las fachadas se realizan en ladrillo posteriormente cubierto con revoco. La parte superior del cuerpo central, que correspondería al interior de la nave, está rematada por un frontón de corte clásico, es decir, triangular.

El Coro

El coro alto está situado a los pies de la iglesia, en el primer tramo de la bóveda de la nave central. En él se encuentra actualmente el armazón de lo que en su día fue un órgano de tubos destruido en la guerra civil. La luz que ilumina el coro proviene de un vano con vidriera policromada en forma de cruz, lo cual adorna el exterior de la iglesia, aligerando la pesadez del macizo de piedra de la fachada. El coro en la Región de Murcia fue un elemento indispensable, dándose dos tipos: uno, el más simple, con un arco rebajado y frente recto, y el otro, con un trazado curvilíneo donde se alternan curvas y rectas en un juego rico en movimiento. El de la iglesia que nos ocupa responde al segundo modelo, al de trazado mixtilíneo, propio de la época en la que se construye la iglesia.

La Torre

En cuanto a la torre decir que es posterior al resto de la iglesia ya que en 1864 se hundió, volviéndola a construir el arquitecto D. Juan Ibáñez con la aportación económica de los feligreses. La torre tiene un cuerpo bajo y el cuerpo de campanas, y está situada entre la Sacristía y el Presbiterio.

En el interior de la iglesia sobresale el gran retablo del Altar Mayor, que data de 1745,  realizado por Jacinto Perales y el gran escultor murciano Francisco Salzillo.