Capilla de los Vélez
La capilla de los Vélez tiene personalidad propia y en su decoración podemos destacar elementos románicos, góticos, mudéjares y retazos del próximo Renacimiento, todo perfectamente armonizado en un avance lo que sería el estilo plateresco.
Declarada Monumento Nacional en 1928, en la actualidad tiene grado de protección de Bien de Interés Cultural.
En 1490 dieron comienzo las obras de la capilla de los Vélez, y es el 15 de octubre de 1507, según reza la inscripción sobre el friso, cuando quedan concluidas.
Fue fundada por Don Juan Chacón en 1490, Adelantado del Reino de Murcia y está dedicada a San Lucas. Tiene algunas semejanzas con la capilla del Condestable de Burgos y la de Don Alvaro de Luna de Toledo por lo que en un principio se atribuyó a Juan Guás, cosa completamente descartada.
La capilla se comenzó en 1490, sobre otra de factura gótica propiedad del suegro de Juan Chacón, que fue derribada por éste para construir la actual. La obra fue finalizada por su hijo, fruto de su matrimonio con Luisa Fajardo, Pedro Fajardo, una de las grandes figuras que posibilitaron la introducción del Renacimiento y el Humanismo en el levante y sur de la península.
En la obra de la capilla podemos encontrar simbología escultórica que denotan claramente el linaje y el poder adquirido por la familia Fajardo. Muestra de ello son las cadenas de piedra que rodean todo el perímetro exterior de la capilla y los conjuntos escultóricos y relieves del interior.
El uso de la cadena también lo encontramos en otras obras del momento como la Casa de los Momos de Zamora, el Hospital Real de Santiago de Compostela y el Colegio de San Gregorio de Valladolid.
La importancia y poder de los Fajardo en Murcia queda patente en el detalle de que, la construcción de la capilla, quedaba fuera del contorno del área de la catedral, invadiendo para su uso particular, una zona que era de uso público. Este hecho influyó directamente en otros personajes posteriores en sus intenciones de no ser menos que los Fajardo; es el caso del Arcediano Junterones que aclaró que su capilla debía sobresalir y ser tan espléndida como la de los Vélez.
Capilla de Junterones
Acabada en 1545 es de pequeñas dimensiones pero de una gran riqueza decorativa y capacidad de maravillar. De estilo renacentista, se valora como una de las principales obras de esta corriente en España.
Contiene un bello relieve en mármol de la Adoración. Desde su exterior impresiona por su belleza y armonía, dentro del conjunto artístico formado por la Capilla de los Vélez, Puerta de los Apóstoles y Capilla de Junterones (en el lateral del sur del templo).
La capilla, con dos espacios sucesivos, es una muestra de las rivalidades y aspiraciones de las personas influyentes de la época, tras la muestra de poder en que se convirtió la Capilla de los Vélez de la familia Fajardo.
Esta Capilla, situada en la nave del lateral de la Epístola, se debe a Jerónimo Quijano, que la construyó, posiblemente, siguiendo un proyecto de Jacobo Florentino, y en la que se incorporaron elementos escultóricos marmóreos de un claro origen renacentista italiano.
La preexistente capilla gótica propiedad de Pedro Saorín paso a manos del Arcediano de Lorca Don Gil Rodríguez de Junterón, Protonotario Apostólico en tiempos de Julio II. Al fallecer éste la heredó su sobrino Don Diego Dávalos, también Arcediano de Lorca, y según su testamento del año 1574, ordenó terminarla, colocando las Sibilas con sus profecías y algunos santos.
Las Sibilas son unas representaciones simbólicas que personifican las revelaciones de la venida de Cristo, a través de personajes antiguos no bíblicos, originarios de distintos países del mundo. Parece probable, que el proyecto fuera inicial de Jacobo Florentino ya que esta simbología aún no había calado en el arte español religioso cristiano.
Por último, y aunque algunas autores lo ponen en duda, se considera que el relieve del Nacimiento, o Adoración de los Pastores, que se alza sobre el altar de la capilla, fue traído de Roma.
Sillería de la Catedral
Sillería primitiva
La primitiva sillería era de nogal de buena calidad. Se hizo a mediados del siglo XV, cuando se consagró la Catedral, en 1467. Era gótica afiligranada. Se construyó siendo Obispo de Cartagena Lope de Rivas. Esta sillería, ya deteriorada, fue sustituida después de varias tentativas, por el Cabildo en Marzo de 1790. La obra fue realizada por el maestro carpintero de la Catedral Francisco López Reyes, siguiendo el proyecto de Alfonso Regalado.
Se realizó la obra con madera de nogal y, tras doce años de trabajo, se inauguró la nueva sillería el 23 de Octubre de 1803. Esta sillería de estilo neoclásico prestó servicio durante unos cincuenta años, hasta que fue pasto del incendio del 4 de Febrero de 1854.
Sillería actual
En el año 1854, cuando se produjo el incendio que destruyó el Coro y el Retablo de la nave central, era Obispo de Cartagena Mariano Barrio Fernández. A la actividad desplegada por este Obispo se debe la R.O. de Isabel II, concediendo a la Catedral de Murcia la valiosísima sillería, que perteneció al extinguido Monasterio Bernardo de San Martín de Valdeiglesias, y que se hallaba en la Universidad de Madrid destinada a ser colocada en la Iglesia de San Jerónimo el Real. Esta sillería se instaló bajo la dirección de José Pérez Benito, que posteriormente realizó el sillón episcopal.
El autor de esta sillería fue el tallista Rafael de León, realizando su obra en San Martín de Valdeiglesias entre los años 1567 y 1571. La sillería es de estilo plateresco avanzado y extraordinariamente rica de talla.